
La desidia del gobernador Axel Kicillof vuelve a golpear donde más duele: esta vez, el Hospital Garrahan –el centro pediátrico más importante del país– denunció públicamente que IOMA, la obra social bonaerense, acumula una deuda monstruosa de $4.100 millones, comprometiendo la atención médica de miles de niños.
En un comunicado publicado en la red social X, el Garrahan advirtió: “Necesitamos de la responsabilidad de todos para seguir cuidando a los chicos”, dejando en evidencia el abandono sistemático del kirchnerismo a las verdaderas prioridades de los bonaerenses. Mientras el Gobierno Nacional, bajo la conducción del presidente Javier Milei, garantiza el funcionamiento del hospital, la provincia de Buenos Aires, bajo la órbita de Kicillof, elige mirar para otro lado.
Del total de más de $10.500 millones que las provincias adeudan al hospital, el 40% corresponde únicamente a la gestión Kicillof a través de IOMA. De esos fondos, $2.500 millones ya están judicializados, lo que agrava la situación y demuestra la irresponsabilidad de una administración más interesada en sostener militantes y pauta que en pagarle al hospital que salva vidas.
Lejos de pedir disculpas o intentar resolver la crisis, el gobierno provincial permanece en silencio, mientras médicos, enfermeros y personal del Garrahan siguen trabajando con una vocación admirable para no cortar la atención. “A pesar de esto, seguimos y vamos a seguir atendiendo a todos los pacientes”, expresaron desde el hospital, en un mensaje que retrata con crudeza el contraste entre el compromiso profesional y la indiferencia política.
Este nuevo escándalo revela lo que La Libertad Avanza viene denunciando hace tiempo: el modelo kirchnerista no tiene lugar para la salud ni para los chicos, solo para la caja política. Mientras Milei ordena el Estado y prioriza lo esencial, Kicillof juega con la vida de los más vulnerables.