
Mientras los hospitales no tienen insumos, las rutas se caen a pedazos y la inseguridad asfixia a los bonaerenses, el gobernador Axel Kicillof sigue destinando fondos millonarios a su red de agrupaciones militantes. Esta vez, el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, a cargo de Gabriel Katopodis, aprobó un convenio con la Cooperativa de Trabajo Evita Compañera Limitada —un sello más del entramado kirchnerista— por un total de $408.877.148,68 para supuestas tareas de “saneamiento, limpieza y mantenimiento” de cursos de agua.
El acuerdo fue rubricado bajo el paraguas del “Programa para el mantenimiento de arroyos y cauces hídricos con participación de organizaciones intermedias”, un invento diseñado a medida para seguir regando con dinero público a estructuras militantes disfrazadas de cooperativas. En concreto, esta agrupación ligada al Movimiento Evita cobrará más de 400 millones en el lapso de un año, mientras miles de bonaerenses no tienen agua potable ni cloacas.
Del total, más de $281 millones se desembolsarán durante 2025, con fondos del presupuesto 2023 prorrogado, un artilugio legal que permite al gobierno provincial seguir gastando como si nada hubiese cambiado. El resto —unos $127 millones— se deja anotado para 2026. Una verdadera bomba de tiempo fiscal, totalmente irresponsable.
El propio decreto deja asentado que la contratación “recae bajo la exclusiva responsabilidad de los funcionarios intervinientes”, una clara señal de que el gobierno sabe que este tipo de convenios rozaría los límites legales. Una vez más, el kirchnerismo prioriza sostener su estructura clientelar antes que resolver los problemas reales de la Provincia.
En vez de apostar a empresas serias o licitaciones transparentes, elige tercerizar servicios públicos esenciales en manos de cooperativas afines al aparato político K. Lejos de ser una política de inclusión, esto representa un mecanismo de retorno y dependencia para sus punteros, disfrazado de trabajo comunitario.
Axel Kicillof no gobierna para los bonaerenses: gobierna para los suyos, los militantes que viven del Estado y no trabajan para la gente.