
En una contundente demostración de autoridad y compromiso con la defensa de la soberanía nacional, el Gobierno de Javier Milei desplegó este martes 6 de mayo a 1.900 soldados del Ejército Argentino en la ciudad salteña de Tartagal, en el marco de la expansión del Plan Güemes y la Operación Julio Argentino Roca.
Este operativo sin precedentes tiene como eje central el fortalecimiento del control en la frontera norte con Bolivia, una zona históricamente marcada por el ingreso de droga, el contrabando y la inmigración ilegal que fue sistemáticamente desatendida durante años por los gobiernos kirchneristas. Hoy, bajo la conducción de Milei, se está dando una respuesta concreta.
El secretario de Seguridad de Salta, Nicolás Avellaneda, destacó la importancia del operativo y agradeció al Gobierno nacional por el envío de tropas. “Es un aporte muy importante del gobierno nacional. Se está dando un golpe muy fuerte al narcotráfico”, afirmó en declaraciones a la emisora local FM Aries. Además, celebró que los delitos vinculados a la narcocriminalidad disminuyeron durante el primer cuatrimestre del año.
La estrategia, presentada en abril por el ministro de Defensa, Luis Petri, contempla una estrecha coordinación entre las Fuerzas Armadas, las fuerzas de seguridad federales y las autoridades provinciales. La presencia militar abarcará los departamentos San Martín y Rivadavia, ampliando el despliegue iniciado en Orán en diciembre pasado.
La Operación Julio Argentino Roca no solo implica el despliegue humano, sino también el uso de tecnología de última generación: drones, radares móviles, helicópteros y una aeronave Diamond permitirán una vigilancia constante en zonas rurales y pasos ilegales.
El Ejército actuará principalmente en tareas de apoyo, aunque tendrá capacidad de intervención directa en casos de flagrancia, como narcotráfico o contrabando.
Mientras la política tradicional se dedicó a mirar para otro lado, Milei decide enfrentar de lleno a los verdaderos enemigos de la Patria: el crimen organizado, la frontera liberada y la complicidad estatal que durante años permitió el avance narco. La Argentina vuelve a tener Estado. Y es uno que no se arrodilla.