
El Gobierno de Axel Kicillof lo hizo otra vez. Mientras la Provincia de Buenos Aires se desangra por la inseguridad, la falta de infraestructura y el colapso sanitario y educativo, el kirchnerismo decidió aprobar otro gasto millonario completamente innecesario: casi 30 millones de pesos para financiar supuestas “acciones climáticas” en el municipio de Lanús.
Según se publicó en el Boletín Oficial, el Ministerio de Ambiente bonaerense —una de las tantas estructuras inútiles creadas por el kirchnerismo para acomodar militantes— firmó el pasado 8 de abril un Convenio Específico con la Municipalidad de Lanús para otorgarle $29.985.227,74 “en el marco del Programa Provincial de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático”.
¿A qué se destinará este dinero? Nadie lo sabe con precisión. Ni el documento publicado ni los anexos explican de forma clara cuál será el impacto real de esta millonada de pesos en la vida de los vecinos. Tampoco se detallan objetivos concretos, ni hay una auditoría prevista sobre la ejecución de los fondos. Solo se habla de “ayuda financiera y técnica”, es decir, más burócratas, más talleres, más reuniones vacías y ninguna mejora concreta.
Mientras tanto, en Lanús los vecinos sufren todos los días la inseguridad creciente, las calles destrozadas y una infraestructura colapsada. Pero para Kicillof y sus funcionarios, el problema urgente parece ser el “cambio climático”. Una excusa ideal para seguir derrochando recursos públicos y alimentar el aparato político kirchnerista.
Cabe destacar que este gasto se financia con el presupuesto prorrogado de 2023, aprobado bajo la Ley 15.394, lo que deja en evidencia la total falta de actualización y planificación del gobierno provincial. Están usando recursos viejos para financiar ideas delirantes en plena crisis.
En lugar de destinar ese dinero a escuelas que se caen a pedazos o comisarías que no dan abasto, el gobernador Kicillof decide regalarle casi 30 millones a un municipio para proyectos ambientales que no cambiarán absolutamente nada.
Una vez más, la prioridad no es el pueblo, sino la caja política. Mientras tanto, los bonaerenses siguen esperando soluciones reales.