
En el marco de las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI), la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, volvió a destacar los profundos avances logrados por el gobierno de Javier Milei en materia fiscal, monetaria y social. “Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, aseguró la economista búlgara ante medios internacionales, marcando un quiebre con décadas de fracasos provocados por el despilfarro estatal y el populismo económico.
Durante la conferencia de prensa en Washington, Georgieva confirmó que el FMI firmará un nuevo programa de financiamiento con Argentina por 20.000 millones de dólares, valorando el compromiso del gobierno libertario con el orden macroeconómico y las reformas estructurales. La jefa del Fondo fue clara al señalar que el país “pasó de un elevado déficit fiscal a un superávit” y celebró la fuerte desaceleración de la inflación, que en febrero cayó por debajo del 3%, así como la baja en los niveles de pobreza, que descendieron del 50% al 37% en pocos meses.
En un claro respaldo a la visión de Javier Milei, Georgieva remarcó: “El Estado se está retirando de donde no debe estar, para permitir mayor dinamismo del sector privado”, haciendo énfasis en la necesidad de achicar el peso del Estado y fomentar la inversión. En esa línea, el nuevo acuerdo con el Fondo tiene como pilares centrales el equilibrio fiscal, la acumulación de reservas y la aceleración de reformas que devuelvan protagonismo a la iniciativa privada.
Mientras el kirchnerismo y sus satélites sindicales insisten en trabar el cambio desde la calle y desde los despachos judiciales, el respaldo del FMI ratifica que el rumbo elegido por Milei es el correcto. La condenada Cristina Kirchner y su delfín Axel Kicillof, responsables del saqueo económico que llevó al país al borde del abismo, ya no tienen margen para mentir: el mundo está viendo que, esta vez, Argentina decidió ponerse de pie.