
La figura del expresidente golpeador kirchnerista Alberto Fernández vuelve a quedar bajo el foco de la indignación pública tras la filtración de comprometedores chats extraídos de su teléfono celular, peritado en el marco de la causa judicial que enfrenta por violencia de género contra su ex pareja, la ex primera dama Fabiola Yañez.
Los mensajes, ya incorporados formalmente como prueba en el expediente judicial, exponen una trama de maltrato psicológico, manipulación, abandono y utilización del poder en beneficio propio, mientras Fernández ocupaba el sillón presidencial. La información surgió tras el peritaje entregado por el fiscal federal Ramiro González, que contenía miles de archivos, entre ellos conversaciones con Yañez y su madre, Miriam Verdugo.
En los chats, Fabiola le reprocha crudamente al violento ex mandatario:
“Me incineraste ante un país estando embarazada de tu hijo” y “Me humillaste, me faltaste el respeto (…) no te importó”, dejando en evidencia el destrato sistemático que sufrió por parte de quien entonces tenía en sus manos el destino del país.
Pero el drama no termina en lo sentimental: los mensajes también revelan un entramado de presiones políticas y encubrimiento con nombres del más alto nivel del kirchnerismo. Yañez denuncia que fue silenciada por el entorno de Fernández:
“Tu amigo Pepe Albistur, al que convertiste la mujer en ministra. Manzano y Olmos que bancaron la extorsión de Sofía Pachi para defenderte a vos, no a mí”, apuntando contra los operadores más cercanos del poder K, como Juan Manuel Olmos, Enrique “Pepe” Albistur y Sofía Pachi.
Mientras tanto, el golpeador ex presidente intenta esquivar las responsabilidades con frases vacías y una victimización patética. En uno de los mensajes, se lee:
“Estar en política supone estos dolores que vos no estabas preparada para soportar. Yo no te enterré. A mí todos los días me tiran paladas de tierra”, mostrando su frialdad y la desconexión con la realidad de los hechos que se le imputan.
Recordemos que Fernández ya fue procesado por la Cámara Federal porteña por lesiones leves, lesiones graves y amenazas coactivas. Ahora, con estas nuevas pruebas, el camino hacia el juicio oral parece inminente. Sin embargo, fiel a su estilo, el ex presidente kirchnerista volvió a intentar lavar su imagen con una publicación lacrimógena en redes sociales, apelando al sentimentalismo y mencionando a su hijo Francisco:
“Sigo luchando para poder hablarte y verte”, escribió, mientras la Justicia ratifica su responsabilidad penal por hechos ocurridos en la mismísima Quinta de Olivos.
El escándalo es mayúsculo, y demuestra una vez más la podredumbre moral de una casta kirchnerista que no solo destruyó al país, sino que abusó del poder hasta en lo más íntimo.