
En un intento desesperado por volver a ser relevantes, este miércoles se presentó en La Plata el espacio político “Ahora”, un rejunte de partidos tradicionales como la UCR, la Coalición Cívica, el GEN, el Partido Socialista y exdirigentes del PRO. El evento, con fuerte tono anti-Milei, dejó en claro que este armado es un intento de frenar las reformas de la libertad que impulsa el Gobierno nacional y defender los privilegios de la casta.
Entre los presentes estuvieron viejos conocidos de la política platense como Daniel Lipovetzky —famoso por impulsar la fracasada Ley de Alquileres y por ningunear a Javier Milei en 2018, cuando lo desafió en TV a “armar un partido y presentarse a elecciones”—, junto a figuras como Gabriel Monzó, Claudio Frangul y un puñado de concejales radicales que hace años viven del Estado.
Pablo Nicoletti, uno de los voceros del evento, afirmó que “Ahora” representa “la tolerancia y la clase media olvidada”. Sin embargo, lejos de ofrecer una alternativa concreta, se dedicó a atacar al Gobierno libertario, acusando a Milei de “gobernar para los sectores de poder” y repetir la vieja crítica al “derrame”, sin entender que el verdadero cambio económico está en marcha tras décadas de populismo.
En una muestra más del discurso progre camuflado, también se victimizó por el recorte de fondos a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), repitiendo el mismo relato de la casta universitaria que durante años convirtió a la educación pública en un refugio de militantes kirchneristas.
El espacio “Ahora” no es más que un nuevo sello del fracaso: partidos sin votos, dirigentes reciclados y una narrativa vacía, incapaz de conectar con la sociedad que ya eligió otro rumbo. El mismo radicalismo que se abrazó al kirchnerismo en la Convención de Gualeguaychú, y los restos de una Coalición Cívica que hace años perdió el rumbo, ahora pretenden representar a la clase media a la que aplastaron con impuestos, regulaciones y fracasos.
Mientras Milei avanza con reformas profundas y coraje político, este “tren fantasma” intenta reflotar viejas fórmulas que ya nadie quiere. Pero el pueblo ya habló: la nueva Argentina no se construye con los restos del fracaso, sino con ideas de libertad.