
Ni la tranquilidad de la madrugada ni las cámaras de seguridad fueron suficientes para evitar otro acto delictivo en el corazón de La Plata. Esta vez, un grupo de adolescentes perfectamente organizados atacó un edificio de Barrio Norte, trepó hasta un primer piso y robó una costosa bicicleta en cuestión de segundos. El hecho, digno de una escena de película de robos, ocurrió pasadas la 1:00 de la madrugada en la intersección de las calles 39 y 16, una de las zonas más residenciales de la ciudad.
El delito quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio. Las imágenes muestran a al menos cuatro jóvenes que, con total impunidad, analizaron la situación, vigilaron el entorno y actuaron como verdaderos profesionales del crimen. Uno hacía de campana, otro inspeccionaba el garaje, y los más pequeños y ágiles se encargaron de ejecutar el robo. Se los ve tranquilos, como si conocieran de memoria cada rincón del lugar.
Tras intentar sin éxito forzar el portón de acceso, descubrieron una bicicleta Firebird rodado 29 XL color rojo en el balcón del primer piso. Fue ahí donde la estrategia delictiva quedó en evidencia: entre dos levantaron al más liviano del grupo, quien trepó con agilidad felina, tomó la bicicleta y bajó con ella como si fuera una simple mochila. En segundos, todos escaparon a la carrera, perdiéndose entre las sombras de la noche platense.
El vehículo sustraído, valuado en una suma importante, tiene frenos a disco y está levemente desgastado en la parte delantera, lo que podría facilitar su identificación. El dueño ya realizó la denuncia correspondiente y pide colaboración a los vecinos. Cualquier dato puede ser comunicado al 2214097640.
La situación genera una creciente preocupación entre los vecinos, que sienten que la ciudad está cada vez más a merced de bandas de menores impunes, que delinquen sin temor a consecuencias. La falta de respuesta del Estado y la inacción de la Justicia frente a estos casos hace que los ciudadanos se sientan completamente desprotegidos.
Mientras tanto, en La Plata, el delito avanza y los platenses miran con miedo cómo hasta los edificios privados son vulnerables a una delincuencia cada vez más joven, más rápida y más violenta.