El ministro del Interior, Diego Santilli, llegó este viernes a Mendoza para reunirse con el gobernador Alfredo Cornejo en una nueva escala de la gira política con la que la Casa Rosada intenta asegurarse apoyos clave para las reformas estructurales impulsadas por el presidente Javier Milei. La visita coincide con la presencia en la provincia de Federico Sturzenegger, encargado de profundizar la agenda de desregulación económica.
Santilli y Sturzenegger participaron por la mañana de la apertura del “Finance Day & TSX Roadshow”, en la Bolsa de Comercio de Mendoza, marco en el que también se desarrolló una nueva reunión de la Mesa del Cobre junto a los gobernadores de San Juan, Salta, Catamarca y Jujuy. Tras ese encuentro, Cornejo mantuvo una reunión privada con el titular de Interior.
La escala mendocina forma parte del itinerario que Santilli viene desplegando en los últimos días. Ya mantuvo reuniones con los gobernadores de Entre Ríos, Salta, Chubut, Catamarca, San Juan y Córdoba, y tras esta visita se trasladará a Neuquén para entrevistarse con Rolando Figueroa. El objetivo: garantizar consensos para avanzar con el Presupuesto 2026 y con las reformas laboral, impositiva y penal que el Gobierno busca aprobar en el Congreso.
Desde el entorno de Cornejo adelantaron que no presentarán reclamos puntuales, sino que se concentrarán en conocer en detalle el rumbo de las reformas que el oficialismo intenta acelerar en el Parlamento. Tanto el mandatario mendocino como Santilli integran el Consejo de Mayo, espacio institucional que Milei busca convertir en un sostén político de su programa.
Sturzenegger expone la desregulación del vino
Mientras Santilli desplegaba su agenda política, Sturzenegger dedicó la jornada a explicar los alcances de la reciente desregulación de la industria vitivinícola, un punto sensible en Mendoza, principal provincia productora del país. A las 13, el ministro encabezó una presentación en el Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV) para detallar las modificaciones que eliminaron 973 normas y reconfiguraron el rol del organismo.
El nuevo esquema reduce la fiscalización estatal en las etapas iniciales e intermedias de la producción y concentra el control en la calidad del vino embotellado. Las certificaciones de origen, añada y varietal dejan de ser obligatorias y pasan a ser optativas, permitiendo a las bodegas aplicar sistemas propios de trazabilidad o recurrir a certificadoras privadas. La reforma alcanza a productores, bodegas, fábricas de mosto, exportadores, importadores y laboratorios enológicos, generando reacciones diversas en un sector que deberá adaptarse a un marco de autorregulación.
Por la tarde, Sturzenegger tiene previsto reunirse con la vicegobernadora Hebe Casado para avanzar en la segunda etapa de la llamada Ley Hojarasca, con la que el Ejecutivo nacional busca continuar desmontando normativas que considera obsoletas.
La presencia simultánea de Santilli y Sturzenegger convirtió a Mendoza en un punto estratégico de la agenda nacional, donde confluyen tanto la búsqueda de acuerdos políticos como la implementación técnica de reformas que impactan de lleno en economías regionales.