
Como si no alcanzara con los impuestos, el cepo a la libertad y la inseguridad descontrolada, ahora el kirchnerismo platense va por el bolsillo de los trabajadores independientes. El concejal Cristian Vander, de Unión por la Patria, presentó un insólito proyecto de ordenanza para regular y registrar a los repartidores de apps como Pedidos Ya y Rappi, con el supuesto objetivo de “ordenar” la actividad.
Pero detrás del discurso progresista y “protector”, se esconde la verdadera intención del peronismo: seguir metiéndole trabas a quienes trabajan por fuera del sistema y sacarle plata a un rubro que hasta ahora escapaba a su maquinaria recaudatoria.
El proyecto exige que las plataformas tengan domicilio legal en La Plata, que registren a todos los repartidores y vehículos ante la Municipalidad, que cuenten con un sistema de atención y resolución de conflictos, y que mantengan un listado actualizado de trabajadores y medios de transporte.
Pero eso no es todo. También se obliga a los trabajadores a afiliarse a alguna cooperativa, portar identificaciones visibles, pagar seguros obligatorios y someterse a controles médicos, como si se tratara de choferes de larga distancia.
Lo que en realidad busca el oficialismo es ponerle la pata encima a un sector que funciona bien sin la intervención del Estado. Plataformas y repartidores se organizan libremente, los usuarios eligen con el celular, y el mercado regula precios y calidad. Pero eso molesta al peronismo, que no tolera nada que no pueda controlar ni cobrar.
Como siempre, disfrazan de derechos lo que es un nuevo negocio para los amigos del poder: cooperativas “de pantalla”, funcionarios habilitadores y multas listas para exprimir a quien no cumpla con la maraña de requisitos.
Mientras la ciudad se cae a pedazos, el kirchnerismo pierde el tiempo regulando mochilas y bicicletas, demostrando otra vez que su prioridad no es la gente, sino seguir parasitando a los que producen. No saben cómo generar riqueza, pero sí cómo frenarla.