
Otra vez el delito juvenil golpea a Ensenada. Un mayor y dos menores fueron capturados tras una cinematográfica persecución policial. Días atrás, habían destrozado y saqueado una escuela de la zona.
Una insólita pero alarmante escena quedó registrada por las cámaras de seguridad de Ensenada: tres delincuentes —uno mayor de edad y dos menores— caminaban tranquilamente por la calle con un televisor robado bajo el brazo, como si nada. Fue la Policía Bonaerense la que logró interceptarlos y detenerlos luego de una breve pero intensa persecución, evitando que el botín llegara a destino.
Todo comenzó en las inmediaciones de 46 y 128, cuando los operadores del sistema de monitoreo municipal detectaron a los sospechosos circulando en actitud más que dudosa. Alertaron a los patrulleros de la zona y, minutos más tarde, los uniformados los encontraron in fraganti: cargando con el electrodoméstico y varios objetos más. Al verse descubiertos, intentaron escapar corriendo, pero no llegaron muy lejos. En calle 41 entre 125 y 126, fueron reducidos y detenidos.
Durante la requisa, los efectivos hallaron dinero en efectivo, cinco celulares destruidos, un iPhone XR, relojes, joyas, una netbook, alimentos, armas blancas y hasta un pasamontañas. También llevaban una tarjeta de débito ajena y otros elementos que los comprometen aún más con los hechos delictivos.
Pero eso no es todo. Tras ser identificados, los policías confirmaron que se trataba de los mismos delincuentes que días atrás habían robado y vandalizado una escuela pública en Ensenada, dejando un verdadero desastre a su paso. Un ataque que indignó a toda la comunidad educativa y vecinal.
La causa quedó caratulada como “Robo Doblemente Agravado en Poblado y en Banda, por participación de Menores” y es llevada adelante por la UFIJ N° 2 y la UFIJ del Joven N° 4 del Departamento Judicial de La Plata.
Mientras el gobierno de Kicillof y los intendentes kirchneristas miran para otro lado, las calles de la Provincia siguen siendo tierra de nadie. Delincuentes cada vez más jóvenes, delitos cada vez más violentos y una justicia que muchas veces prefiere mirar para otro lado.