
La inseguridad en La Plata ya no conoce límites. Ni la edad, ni el lugar, ni la hora parecen importar cuando la violencia irrumpe sin previo aviso. Esta vez, el espanto se vivió en la localidad de Villa Elvira, donde una joven de apenas 19 años fue baleada por un delincuente que ingresó armado a un supermercado chino y disparó sin mediar palabra.
El violento episodio ocurrió en el comercio ubicado en 7 y 80, un supermercado que había abierto sus puertas hacía menos de una semana. Según informaron fuentes policiales, la joven se encontraba cumpliendo su turno como cajera cuando un sujeto entró al lugar, se dirigió directamente al mostrador y le disparó en el abdomen sin decir una sola palabra. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del local.
El atacante escapó rápidamente y continúa prófugo. La Policía lo busca intensamente, aunque, como en tantos otros casos, la sensación es que llegó tarde y sin capacidad de prevención. La víctima fue trasladada de urgencia al Hospital San Martín por una ambulancia del SAME. Pese a la gravedad del ataque, se encuentra fuera de peligro, aunque el proyectil aún permanece alojado en su cuerpo.
La carátula de la causa fue calificada por la fiscalía como “abuso de arma y lesiones”, una denominación que parece minimizar lo que fue claramente un intento de homicidio. Una chica trabajadora, en plena jornada laboral, fue atacada a quemarropa en un hecho que expone la total descomposición del sistema de seguridad en la capital bonaerense.
Mientras el kirchnerismo platense se dedica a blindar políticamente al intendente Julio Alak y a mantener sus privilegios, los vecinos de La Plata están a merced del crimen. La calle ya no es tierra de nadie: es tierra de delincuentes. Los platenses viven con miedo, encerrados, sabiendo que la próxima víctima puede ser cualquiera. Y mientras tanto, las autoridades brillan por su ausencia.