
Mientras el gobernador Axel Kicillof mira para otro lado y se pasea por actos partidarios, los vecinos de Tolosa viven en estado de sitio. La inseguridad aumenta sin pausa y las fuerzas de seguridad brillan por su ausencia. El caso más reciente ocurrió en la zona de 121 y 526, donde una jubilada fue brutalmente atacada en su propia casa por una banda de delincuentes que actúa con total impunidad.
“La golpearon y la encerraron”, contó un vecino indignado tras la salvaje entradera. La mujer, completamente indefensa, tuvo que ser hospitalizada en estado de shock. Los delincuentes se llevaron el televisor, el celular y las llaves de la casa. La indignación en el barrio no para de crecer: la situación ya no da para más.
Según relatan desde la Asamblea Vecinal Tolosa, los mismos delincuentes ya venían robando en la zona: autos, motos, herramientas y hasta una mesa de algarrobo. Las cámaras de seguridad captaron a los ladrones circulando libremente, mientras la Policía —bajo la conducción del Ministerio de Seguridad provincial— sigue sin aparecer.
Hace dos semanas, vecinos se reunieron con representantes del Ministerio de Seguridad, Participación Ciudadana y la Secretaría de Seguridad. Pidieron más patrullaje, controles y operativos, pero no hubo respuesta. Ni patrulleros, ni motos, ni efectivos. Solo promesas vacías y un Estado que ya no protege a nadie.
En calles como 119 y 532, el miedo se impuso. Después de las 18, los vecinos no salen. Piden patrullas montadas durante la semana y más vigilancia en los pasajes donde los delincuentes se escapan sin dificultad.
La apertura de la Avenida 520 multiplicó el tránsito de personas y vehículos, y expuso aún más la falta de control. Aunque hay una garita en 121 y 527, denuncian que no sirve para nada. La gente ya no quiere helicópteros haciendo ruido: exige acción real. La seguridad en Tolosa está abandonada, y la responsabilidad política tiene nombre y apellido.