
El Colegio de Médicos de la provincia estalla contra la violencia intrahospitalaria y apunta al desgobierno del kirchnerismo
Los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires se convirtieron en tierra de nadie. A balazos, amenazas y agresiones físicas, los delincuentes se adueñaron de los centros de salud mientras el gobierno de Axel Kicillof mira para otro lado. Ante la escalada de violencia que ya dejó escenas dignas de una película de terror, el Colegio de Médicos bonaerense le exigió al Ministerio de Seguridad medidas urgentes para proteger la vida del personal de salud y de los pacientes.
El último episodio ocurrió este domingo de madrugada, en el Hospital Rubén Caporaletti de José C. Paz, donde una ráfaga de disparos impactó contra la entrada principal y rompió los cristales del lugar. Fue un verdadero infierno: pacientes aterrados, médicos corriendo por los pasillos y la sensación creciente de que ya no hay lugar seguro en los hospitales de la provincia.
Tras el ataque, el Colegio de Médicos publicó un comunicado repudiando la violencia criminal que azota al sistema de salud y que el kirchnerismo se niega a enfrentar. “Estos hechos ponen en riesgo la vida tanto de pacientes como del equipo de salud”, afirmaron, y denunciaron que “los episodios se repiten en todo el territorio provincial y aumentan día a día”.
Lejos de tratarse de un hecho aislado, la situación en José C. Paz se suma a una larga lista de agresiones, amenazas e incluso emboscadas, como la ocurrida en Gonnet hace semanas. El denominador común: el abandono total por parte del Estado provincial. Mientras los médicos ponen el cuerpo, el gobierno K sigue entretenido en internas partidarias.
El comunicado también responsabiliza al ministro Javier Alonso por la falta de respuestas concretas. El Colegio exigió una estrategia clara y efectiva para frenar lo que ya consideran un “flagelo que está costando vidas humanas”. “El vínculo médico-paciente se está rompiendo por el miedo y la tensión”, alertaron.
Bajo la consigna “No a la violencia en el hospital”, los médicos piden algo tan básico como poder trabajar sin jugarse la vida. Pero en la provincia que gobierna el kirchnerismo, ni eso parece garantizado.