
Una verdadera pesadilla vivió una pareja de Gonnet, en La Plata, cuando dos delincuentes armados y encapuchados irrumpieron en su vivienda y los sometieron a una hora y media de amenazas, gritos y violencia psicológica. El brutal episodio ocurrió en las últimas horas en una propiedad ubicada en la calle 495 entre 16 y 17, donde los delincuentes ingresaron con total impunidad y con un plan que, todo indica, ya estaba fríamente calculado.
Los delincuentes aprovecharon que la casa vecina está vacía y en venta para infiltrarse sin ser vistos. Desde allí, violaron el domicilio de la pareja sin que nadie pudiera advertir lo que estaba por suceder. Como si se tratara de un comando profesional, llevaban guantes y capuchas para no dejar huellas y evitar ser identificados por las cámaras de seguridad de la zona.
Una vez dentro, se desató el infierno: los asaltantes redujeron a la pareja y comenzaron un interrogatorio feroz para que les entregaran los ahorros y objetos de valor. Bajo la constante amenaza de armas de fuego, las víctimas fueron obligadas a soportar el tormento durante más de noventa minutos. “Querían plata, no paraban de gritarnos y decirnos que si no colaborábamos nos iba a ir peor”, relató con angustia una fuente cercana al matrimonio.
Pese a la brutalidad del robo, los delincuentes finalmente lograron dar con dinero en efectivo y varios objetos de valor, aunque no trascendió el monto total de lo robado. Tras consumar el hecho, escaparon sin dejar rastros. Algunos vecinos aseguraron haber visto un auto sospechoso estacionado en las inmediaciones, que habría servido como apoyo logístico o vehículo de fuga para los ladrones.
Milagrosamente, la pareja no sufrió heridas físicas, aunque quedaron completamente shockeados por el violento ataque. La causa quedó caratulada como “violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad y robo calificado por el empleo de arma de fuego”, y es investigada por la justicia platense que ahora intenta dar con los responsables de semejante golpe delictivo.
Otra vez la inseguridad golpea sin piedad en La Plata y la zona norte vuelve a ser tierra liberada para bandas que operan con total impunidad ante la mirada pasiva del Estado.