
Este jueves, el mundo católico fue testigo de un hecho histórico: el cardenal Robert Francis Prevost, de origen estadounidense y con fuerte vínculo con Perú, fue elegido como el nuevo Papa. En la cuarta votación del Cónclave, los 133 cardenales electores decidieron otorgarle la máxima responsabilidad de la Iglesia Católica. Con el nombre de León XIV, se convierte en el 267° Sumo Pontífice de la historia.
La elección fue anunciada poco después de las 18:07 (hora de Roma) cuando la tradicional fumata blanca emergió por la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que un nuevo Papa había sido elegido. Minutos más tarde, el protodiácono Dominique Mamberti pronunció desde el balcón de la Basílica de San Pedro el clásico “¡Habemus Papam!”, confirmando oficialmente el resultado del Cónclave.
Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos. A pesar de sus raíces norteamericanas, mantiene una estrecha relación con América Latina, en particular con Perú, donde sirvió como Obispo de Chiclayo durante más de una década. Es miembro de la Orden de San Agustín (O.S.A.), en la cual ingresó en 1977, profesando sus votos solemnes en 1981.
Teólogo formado en la Catholic Theological Union de Chicago y posteriormente doctorado en Roma, Prevost fue nombrado en 2023 como Prefecto del Dicasterio para los Obispos, un puesto clave en la Curia Romana desde donde se encarga de supervisar los nombramientos episcopales en todo el mundo.
Su elección como Papa representa una señal de apertura hacia una Iglesia global con fuerte mirada latinoamericana. El nuevo León XIV deberá enfrentar los desafíos de un mundo secularizado, una Iglesia que necesita recuperar fieles y una curia que continúa siendo foco de tensiones internas. Su perfil austero, pastoral y con experiencia misionera, podría marcar un giro hacia una Iglesia más cercana a los pueblos y menos politizada.