
La puerta giratoria de la Justicia volvió a girar, y esta vez dejó en libertad a dos adolescentes que hasta su propia madre quería ver tras las rejas.
La inseguridad en la Provincia de Buenos Aires no da tregua. Esta vez, el escándalo se desató en Berisso, donde una mujer tomó una decisión extrema: llevó a sus propios hijos a la comisaría tras descubrir que habían sido los autores de un robo en una escuela. Sin embargo, el esfuerzo fue en vano. La Justicia, fiel a su manual garantista kirchnerista, decidió devolverles los delincuentes… a su madre.
Todo ocurrió luego del robo en la Escuela de Educación Agraria N° 01, ubicada en la intersección de la calle 98 y Ruta 15. Allí, durante la madrugada, delincuentes forzaron el ingreso y se llevaron pertenencias de valor y dinero en efectivo. Horas después, una mujer de 38 años, indignada, llegó a la seccional con sus dos hijos, de 14 y 17 años, confesando que habían sido ellos los responsables del atraco. Además, entregó una mochila con más de 40 mil pesos robados.
Lejos de ser detenidos, los jóvenes fueron identificados y luego entregados nuevamente a su madre por disposición de la Fiscalía del Joven N° 3. Otra vez la puerta giratoria, otra vez la ley protegiendo al victimario y no a la víctima. El dinero fue secuestrado, pero los responsables ya están en su casa.
Este nuevo caso vuelve a encender el debate sobre la baja en la edad de imputabilidad, una de las principales reformas penales que impulsa el presidente Javier Milei junto a su bloque en el Congreso. El proyecto, que propone bajar la imputabilidad a los 14 años, busca ponerle fin a esta locura en la que los menores cometen delitos graves y la Justicia los deja libres.
“La delincuencia juvenil se multiplicó porque el Estado les dio impunidad”, había señalado Milei tras el asesinato de la pequeña Kim Gómez a manos de dos menores en La Plata. Casos como el de Berisso refuerzan la urgencia de cambiar las reglas de juego. Mientras tanto, los vecinos siguen viviendo con miedo, y los delincuentes, incluso los confesos, siguen caminando libres.