
Mientras los vecinos de La Plata siguen padeciendo la inseguridad, los hospitales colapsados y el desempleo en aumento, el intendente kirchnerista Julio Alak y su jefe político, el gobernador Axel Kicillof, montaron un nuevo acto de propaganda este viernes con la reinauguración de Plaza Rocha, un espacio verde que estuvo siete meses cerrado por obras financiadas con dinero público en medio de una crisis económica devastadora.
Con bombos y platillos, los mismos responsables del desastre en la Provincia celebraron la colocación de unas baldosas nuevas y unos juegos infantiles como si hubieran resuelto los verdaderos problemas que asfixian a los platenses. Como si fuera poco, anunciaron una serie de recitales gratuitos con artistas pagos por el Estado, bajo el lema de “celebrar el encuentro ciudadano”, cuando lo que realmente hacen es gastar millones en shows mientras los vecinos no pueden ni caminar tranquilos por sus barrios.
El acto fue encabezado por Alak y Kicillof, quienes aprovecharon el evento para tomarse fotos, abrazarse con militantes y hablar de “espacio público” como si eso compensara la falta de obras reales en los hospitales, la educación en ruinas y la creciente ola de delitos en cada rincón de la ciudad.
Las obras, que incluyeron reparquización, veredas con baldosas graníticas y cambios en el sistema de iluminación, son vendidas como un logro histórico por el aparato de comunicación kirchnerista. Pero los vecinos no comen cemento: en La Plata faltan patrulleros, sobran robos y los hospitales no dan abasto.
El sábado, mientras muchos vecinos trabajen para llegar a fin de mes o se queden en sus casas por miedo a salir, desde las 16 habrá recitales con artistas como Rocco Posca, Vulka y Santiago Motorizado. Todo esto, en nombre del “encuentro”, cuando lo único que logran es tapar con música los fracasos de una gestión que no escucha, no responde y no resuelve.
Plaza Rocha no fue recuperada: fue utilizada como escenografía para otro capítulo de pan y circo en el kirchnerismo platense.