
En plena madrugada del sábado, el ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, uno de los funcionarios más cercanos a Axel Kicillof, protagonizó un escándalo que pone al descubierto, una vez más, la impunidad con la que se mueve la casta kirchnerista en el poder.
Bianco fue interceptado por un control de alcoholemia sobre la autopista Buenos Aires–La Plata, mientras manejaba un vehículo oficial del gobierno bonaerense. Lejos de colaborar con la autoridad, el funcionario se negó a realizar el test, lo que obligó a los agentes viales a retenerle la licencia de conducir y el automóvil, tal como indica la ley.
El hecho no es menor: muestra cómo los altos mandos del gobierno provincial siguen utilizando los bienes del Estado como si fueran propios, violando las normas que ellos mismos exigen a los ciudadanos de a pie. ¿Qué hacía Bianco manejando un auto oficial un sábado a la 1 de la mañana? ¿Por qué se negó al control si, como luego dijo, “no había tomado alcohol”?
En un intento patético de defensa, Bianco declaró que su negativa se debía a que “lo estaban filmando”, y remató con una frase digna de quien tiene mucho que ocultar: “No sé qué van a hacer con el video”.
Este nuevo escándalo llega justo cuando el gobierno de Kicillof está atravesado por una interna feroz. El gobernador acaba de patear el tablero dentro del kirchnerismo al anunciar que desdoblará las elecciones provinciales, separándolas de las nacionales y desoyendo las órdenes de Cristina Kirchner y La Cámpora. La decisión generó tal revuelo que Máximo Kirchner y Sergio Massa se reunieron de urgencia el domingo para intentar apagar el incendio. No hubo acuerdo, y Kicillof, cada vez más aislado, decidió avanzar solo.
Mientras la inseguridad se dispara, los hospitales colapsan y la Provincia arde en todos los frentes, el kirchnerismo demuestra que sigue siendo un espacio incapaz de dar el ejemplo, donde los funcionarios se creen por encima de la ley y hacen uso personal del Estado.
La impunidad, el doble discurso y el desgobierno ya son marca registrada del modelo Kicillof.