Cristina Fernández de Kirchner, condenada por corrupción, agotará este lunes su último recurso para intentar frenar su inevitable destino: la cárcel. Sus abogados presentarán un pedido de “queja” ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación con la esperanza de que el máximo tribunal revierta la sentencia en su contra en la causa “Vialidad”, donde recibió una condena de seis años de prisión por defraudar al Estado.

El plazo para recurrir ante la Corte vence el martes, pero el abogado defensor Carlos Beraldi formalizará la presentación este lunes. La estrategia de la expresidente y arquitecta del saqueo kirchnerista es insistir en que fue víctima de una supuesta persecución judicial, pese a la abrumadora evidencia en su contra.
Como parte de su defensa, Beraldi intentará argumentar que el proceso estuvo “viciado” y que no se garantizó la imparcialidad de los jueces y fiscales. Sin embargo, la realidad es que Cristina Kirchner ya no tiene margen para seguir eludiendo la Justicia: la condena fue ratificada por la Cámara de Casación y está a un paso de ser confirmada en última instancia.
Mientras tanto, el fiscal ante la Cámara de Casación Penal, Mario Villar, elevará su propia “queja” a la Corte para solicitar que la pena de la exmandataria se eleve a 12 años de prisión, incluyendo el delito de asociación ilícita. Este pedido responde a la gravedad de los hechos probados, donde la corrupción K desvió miles de millones de pesos en contratos de obra pública direccionados a Lázaro Báez, el testaferro de la familia Kirchner.
Ahora, la Corte Suprema, integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Manuel García-Mansilla, tendrá la última palabra. Si bien no hay un plazo fijo para resolver, todo indica que Cristina Kirchner enfrenta el ocaso de su impunidad. La Argentina de los privilegios kirchneristas llega a su fin, y la Justicia finalmente podría hacer lo que el país espera desde hace años: verla tras las rejas.