
La inseguridad en Los Hornos se ha vuelto insoportable. En una misma semana, una familia fue víctima de dos entraderas consecutivas, en una zona donde los vecinos ya viven con miedo y aseguran que “la calle es una ruleta rusa”. Los implicados, una vez más, son menores de edad, lo que genera una profunda indignación: “Aunque los filmen, aunque haya pruebas, no pasa nada”, afirman los frentistas.
El hecho ocurrió en la calle 59 bis entre 145 y 146, en pleno corazón de la localidad platense. En la primera entradera, cuatro delincuentes ingresaron de madrugada tras violentar el portón de la cochera. Se dirigieron al patio y se llevaron dos bicicletas, una escalera y una carretilla. La familia, completamente consternada, dio aviso al 911, pero como ya es costumbre en la provincia que gobierna Axel Kicillof, la policía llegó cuando ya era tarde. Los delincuentes se habían esfumado.
Pero lo peor estaba por venir. Cinco días después, en la noche del viernes, volvieron. Esta vez fueron dos menores los que, nuevamente, intentaron entrar a la vivienda. Eran cerca de la medianoche y la modalidad fue calcada. Afortunadamente, en esta ocasión, los perros que estaban en el patio lograron ahuyentarlos, evitando lo que pudo haber sido una tragedia.
Los vecinos ya no saben a quién recurrir. El nivel de desamparo es total. Denuncian que los ladrones actúan con total impunidad, sabiendo que si son menores, el sistema garantista los suelta en minutos. “Ya ni siquiera importa la hora o el barrio, entran donde quieren y cuando quieren. Nos están empujando a vivir encerrados, mientras los delincuentes tienen vía libre”, sostuvo un frentista en diálogo con La Curva Diario.
En Los Hornos, la bronca crece. La gente está harta. Los reclamos por seguridad son ignorados por un Estado provincial que mira para otro lado, mientras las calles quedan liberadas para la delincuencia juvenil. Los vecinos advierten: esto puede terminar mal.