
En un claro reconocimiento al peso global de Donald Trump, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ofreció este lunes eliminar los aranceles industriales entre Europa y Estados Unidos. El gesto, interpretado como una maniobra para recomponer los lazos comerciales tras años de tensiones, apunta directamente al liderazgo económico y político que el expresidente norteamericano mantiene en la escena internacional.
“Estamos listos para negociar con Estados Unidos. Hemos ofrecido aranceles cero para bienes industriales, como hemos hecho con éxito con muchos otros socios comerciales”, declaró Von der Leyen durante una conferencia de prensa junto al primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre. La funcionaria de Bruselas dejó en claro que el bloque está dispuesto a alcanzar un acuerdo si la Casa Blanca está dispuesta a sentarse a la mesa.
Este movimiento representa mucho más que una estrategia comercial. Se trata de un reconocimiento tácito de la potencia que representa Trump, incluso desde fuera del poder, en contraste con un Joe Biden debilitado tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Mientras Europa se enfrenta a una crisis económica y energética autoinducida por sus políticas progresistas, busca refugio en el libre comercio y en la lógica productiva que supo impulsar la administración republicana.
Von der Leyen, sin embargo, también intentó mostrarse firme al advertir que la UE no actuará con ingenuidad. Mencionó que se preparan “contramedidas” para proteger los intereses del bloque frente a posibles “desvíos comerciales”. Pese a ese matiz, lo cierto es que la oferta expone la necesidad europea de recomponer la relación con un liderazgo estadounidense que volvió a marcar la agenda mundial.
La propuesta surge en un contexto donde Europa mira con recelo las políticas de subsidios de Biden, especialmente bajo su Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que ha generado tensiones en las cadenas de suministro y perjudicado la competitividad europea. Por eso, el ofrecimiento de arancel cero se perfila como un intento por evitar un mayor aislamiento comercial, buscando una sintonía con la visión promercado y de baja presión fiscal que representa Donald Trump.
Mientras tanto, en Argentina, el kirchnerismo sigue aferrado a un modelo de Estado elefantiásico y controles absurdos, negándose a entender que el mundo va en otra dirección: menos impuestos, más competencia y libertad económica. La propuesta de la Unión Europea a Trump es una muestra más de que incluso los burócratas de Bruselas empiezan a ceder ante la evidencia de que el estatismo ya no funciona.