
En una muestra más de su total desconexión con la realidad bonaerense, Axel Kicillof oficializó la asignación de 93 millones de pesos para financiar cuatro festividades ya concluidas en municipios afines a su gestión. El Gobierno provincial, que adolece de falta de recursos para seguridad, salud y comedores populares, prefiere engrosar las arcas de intendentes oficialistas antes que atender las urgencias de los bonaerenses que mueren a manos de la delincuencia todos los días.
Según las resoluciones difundidas, el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica aprobó:
- $30.000.000 para la “22º Fiesta Provincial de la Frambuesa” en Benito Juárez (7, 8 y 9 de febrero).
- $20.000.000 para el “26º Henderson Canta” en Hipólito Yrigoyen (7 y 8 de febrero).
- $25.000.000 para el “14° Suárez Peatonal Verano” y la “10° Fiesta Provincial del Strudel” en Coronel Suárez (1, 2 y 8 de febrero).
- $18.000.000 para los “106º Carnavales del Arte y la Alegría” en Guaminí (1 y 2 de febrero).
Mientras tanto, cada jornada arroja nuevos récords de homicidios y robos, colegios con goteras y hospitales colapsados. Las cifras oficiales muestran que la inseguridad está totalmente fuera de control, pero Kicillof prefiere destinar casi 100 millones a “festejos” destinados a festejarse entre amigos, con municipios gobernados por alineados al kirchnerismo.
Este reparto discrecional de fondos no solo evidencia clientelismo político —una práctica repudiada por toda agenda liberal— sino también un desprecio absoluto por la integridad y la seguridad de los ciudadanos. Cada peso canalizado a estas “fiestas” podría haber sido invertido en cámaras de seguridad, patrulleros o en reforzar los salarios de la Policía provincial, hoy desbordada y sin condiciones básicas de trabajo.
La realidad es contundente: la Provincia de Buenos Aires está devastada y sus gobernantes priorizan actos festivos en distritos afines en lugar de garantizar vida y trabajo digno. La ciudadanía exige rendición de cuentas y austeridad fiscal, no más “festejos de bolsillo” que solo refuerzan la maquinaria política kirchnerista. Es hora de que Kicillof y su entorno expliquen ante la sociedad por qué prefieren celebrar con limosnas partidarias mientras los bonaerenses mueren a diario en las calles.