
La inseguridad no da tregua en la zona norte de La Plata y, esta vez, la víctima fue una familia de City Bell que regresó de sus vacaciones para encontrarse con el peor panorama posible: su vivienda completamente desvalijada por delincuentes que aprovecharon su ausencia para hacer de las suyas con total impunidad.
El violento episodio ocurrió en una casa de dos plantas ubicada sobre la calle 26, entre 449 y 450. Según informaron fuentes cercanas al caso, los ladrones actuaron con absoluta tranquilidad y tiempo: rompieron accesos, causaron destrozos por toda la propiedad y se alzaron con una gran cantidad de objetos de valor, desde electrodomésticos hasta pertenencias personales. Incluso provocaron serios daños en el cielorraso, lo que demuestra el nivel de impunidad y violencia con el que operaron.
Tras cometer el saqueo, los delincuentes escaparon en dirección al Parque Pereyra, una zona ya conocida como “tierra liberada” por los vecinos, quienes denuncian reiteradamente la inacción policial y la ausencia del Estado provincial.
Este no es un hecho aislado. En las últimas semanas se han registrado múltiples robos en viviendas de la zona norte platense, en especial en City Bell y Gonnet. Los vecinos, cansados de vivir con miedo, denuncian que la seguridad brilla por su ausencia mientras el gobernador Axel Kicillof sigue enfocado en proteger sus intereses políticos y el intendente Julio Alak hace campaña con discursos vacíos, pero sin dar respuestas reales a una ciudadanía que vive sitiada por el delito.
El hartazgo crece. Los testimonios se repiten: familias que duermen con miedo, cámaras de seguridad que no funcionan, móviles policiales que no patrullan y ladrones que actúan a sus anchas. La inseguridad ya no es una sensación: es una realidad cruda que se vive todos los días y a toda hora en La Plata, mientras los responsables políticos siguen ausentes o, peor aún, cómplices por omisión.