
En una jornada que quedará grabada como un hito para la República, la Corte Suprema de Justicia confirmó este martes la condena penal contra la expresidente y jefa del régimen kirchnerista, Cristina Fernández de Kirchner, por corrupción en la obra pública durante sus gobiernos. Se trata de la tristemente célebre “Causa Vialidad”, que ahora tiene sentencia firme.
El máximo tribunal de Justicia del país, integrado por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, ratificó la decisión del Tribunal Oral Federal N.º 2 y dejó firme la pena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Es decir, Cristina quedó fuera de la política para siempre.
Con esta decisión, la condenada queda automáticamente excluida de cualquier candidatura para las elecciones de 2025, algo que el kirchnerismo pretendía usar como último salvavidas en medio del colapso del PJ.
Pero eso no es todo: ahora que la sentencia está firme, podría ir presa en cualquier momento, a menos que el tribunal de ejecución lo impida. La impunidad se le termina a la arquitecta del saqueo.
El robo del siglo
La causa Vialidad investigó cómo, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se direccionaron 51 contratos viales a favor del empresario Lázaro Báez, testaferro de la familia, por más de 46.000 millones de pesos. Se trató de un esquema de saqueo sistemático del Estado a través de sobreprecios, obras inconclusas y pagos por trabajos inexistentes.
El fallo dejó claro que Cristina fue la cabeza política del esquema delictivo, dando vía libre a un aparato de corrupción que funcionó con la complicidad del poder político. Aunque la acusación por asociación ilícita fue descartada en la condena inicial, la Justicia determinó que hubo un uso mafioso del Estado con fines de enriquecimiento personal.
La reina caída
Con esta sentencia firme, Cristina Kirchner se convierte en la primera expresidente condenada penalmente por corrupción en democracia. La imagen de impunidad que construyó durante décadas se desmorona frente al peso de las pruebas y la decisión del máximo tribunal.
Si bien aún puede recurrir a organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el impacto es irreversible. La líder del modelo de saqueo K quedó fuera del tablero político y con un pie en la cárcel.
La Argentina da un paso hacia la Justicia. Y Cristina, finalmente, empieza a pagar por el desastre que dejó.