
Mauricio Macri volvió a hablar y, como ya es costumbre, lo hizo para atacar al gobierno de Javier Milei, al que supuestamente apoya. En una entrevista con LN+, el expresidente criticó la candidatura del vocero presidencial Manuel Adorni y lanzó fuertes acusaciones contra algunos dirigentes de La Libertad Avanza, a los que tildó de “transar con los malos”. Pero lo más llamativo es que, en su afán por apuntar contra los libertarios, terminó favoreciendo directa e indirectamente al kirchnerismo.
Macri acusó al Gobierno de no priorizar el “fortalecimiento institucional” y dijo que “les gusta lidiar con los malos”, en clara referencia a acuerdos con exfuncionarios kirchneristas o massistas. Lo curioso es que el propio Macri fue quien durante su presidencia pactó con Sergio Massa, se abrazó con la UCR, le dio poder a Emilio Monzó, y permitió que el kirchnerismo se reagrupase. Hoy posa de purista republicano, pero durante su mandato fracasó rotundamente: dejó una economía devastada, aumentó la deuda externa y no logró ganarle al populismo ni en las urnas ni en la calle.
Además, en su embestida contra Milei, no tuvo mejor idea que advertir que los libertarios están “ayudando a que gane Leandro Santoro” en la Ciudad de Buenos Aires. ¿A quién ayuda Macri con estas declaraciones? Al kirchnerismo, otra vez. Lejos de construir una alternativa sólida al socialismo kirchnerista, Macri sigue dinamitando cualquier posibilidad de unidad con tal de cuidar su pequeño núcleo de poder dentro del PRO.
También apuntó contra Karina Milei y Santiago Caputo por no acordar con él en la Provincia de Buenos Aires. Exigió que los libertarios se subordinasen al armado tradicional del PRO, como si todavía estuviera en condiciones de imponer condiciones. Y criticó que dirigentes “se pasen de bando”, cuando él mismo fue parte del sistema que durante años hizo del transfuguismo una moneda corriente.
Macri habla como si tuviera todas las soluciones, pero cuando le tocó gobernar no supo ni quiso cambiar el país. Su discurso hoy solo sirve para confundir a los votantes, beneficiar al kirchnerismo y estorbar el camino de reformas profundas que la Argentina necesita. Si alguien es funcional a Axel Kicillof y compañía, ese es Mauricio Macri.