
Después de meses de incertidumbre, rumores y silencios incómodos, el magnate norteamericano Foster Gillett finalmente transfirió los esperados 9.7 millones de dólares al Club Estudiantes de La Plata, y ahora el Pincha se encamina hacia una Asamblea clave que podría marcar un antes y un después en su historia institucional.
La novela que mantuvo en vilo a los socios y a todo el mundo del fútbol platense parece haber llegado a su clímax. El dinero está, la inversión se cumplió y el club ya prepara los papeles para avanzar en la sociedad comercial que se viene gestando desde hace más de un año. Así lo confirmaron fuentes del club, que aseguran que el depósito fue completado en su totalidad días atrás, acelerando todos los trámites de cara a la esperada Asamblea Extraordinaria.
Recordemos que Gillett ya había girado una primera parte del préstamo por 5 millones de dólares, pero faltaban otros 4.7 millones que muchos empezaban a dudar si llegarían. Sin embargo, y contra todos los pronósticos de los agoreros de siempre, la plata llegó y el club ahora respira aliviado. “Invirtió prácticamente 30 millones de dólares y es un meme, entonces algo falló en la comunicación”, lanzó sin pelos en la lengua Guillermo Tofoni, su representante en Argentina, dejando en evidencia la pésima gestión comunicacional del oficialismo, que dejó a socios e hinchas en la oscuridad.
Las cifras de Gillett impactan: 15 millones de dólares por Cristian Medina, 4 millones por Facundo Farías y ahora 9.7 millones para el préstamo. Una suma que pone a Estudiantes en la mira del fútbol internacional y despierta ilusiones entre los hinchas, que empiezan a ver con buenos ojos el desembarco de capitales privados que potencien al club sin depender de la eterna rosca dirigencial.
Ahora, todos los ojos están puestos en la Asamblea, donde los socios deberán decir si avalan o no el acuerdo con el magnate yanqui. La llegada de dólares frescos en medio del contexto económico actual no es un dato menor: mientras la mayoría de los clubes mendigan sponsors o venden promesas por monedas, en Estudiantes entran millones verdes.
En un país donde lo que más escasea son inversiones genuinas, que aparezca un empresario dispuesto a inyectar plata real sin pedir títulos ni presionar a la política, es poco menos que una bendición. El desafío será no desaprovecharla.