En el día de hoy Kicillof y Alak celebraron la reapertura de la Plaza San Martín en un despliegue que raya en lo absurdo y oportunista. El kirchnerismo decide despilfarrar la suma de $4.599.555.912. En medio de una crisis de inseguridad, Alak y Kicillof apuestan por maquillar un espacio público en un año electoral, mientras la ola de crímenes y la delincuencia se intensifican en La Plata.

La campaña de Julio Alak parece más una estrategia electoral que una verdadera solución para los problemas de la ciudad. En un contexto donde la inversión en seguridad es mínima y la realidad se ignora, los gobernantes, lejos de atender las demandas ciudadanas de protección, se entregan a un derroche de fondos que podría haber sido destinado a reforzar la seguridad para enfrentar la ola delictiva que azota a La Plata.
El asunto se complica aún más si se recuerda que hoy se cumple 1 mes del atroz crimen de Kim Gomez, un dolor que sigue latente en la memoria de los platenses. En esta coyuntura, Kicillof, quien tiene a su cargo la seguridad en la Provincia, ha sido calificado de “inútil” por el presidente Milei, quien culpa a Kicillof por la falta de acción ante la insostenible ola delictiva que azota PBA. No solo eso, sino que el gobernador exigió que “se devuelva la plata que le robó” a la Provincia, haciendo alarde de que se trata de la desmesurada suma de 700 mil millones de pesos.
En lugar de redirigir recursos críticos hacia la seguridad, la apuesta de su par kirchnerista Julio Alak en sintonía con el gobernador, es gastar en la renovación de la Plaza San Martín, un acto que, en plena crisis de seguridad, resulta desconectado de la realidad. La elección de maquillar una plaza y destinar tan escasos recursos en seguridad, evidencia la falta de prioridades en un momento en que la ciudadanía clama por protección y respuestas reales ante el creciente índice delictivo.
La ciudad, sumida en una ola de crímenes y enfrentando una total ausencia de medidas contundentes queda a merced de las prioridades totalmente alteradas de los gobernantes kirchneristas Alak y Kicillof que nunca estuvieron tan desconectados de la realidad del pueblo platense como hoy.