
Mientras miles de platenses luchan por llegar a fin de mes, pagar alquiler, servicios o simplemente sobrevivir en una ciudad abandonada, el intendente Julio Alak decidió despilfarrar más de 34 millones de pesos en la compra de dos mini vehículos eléctricos “Tito”, para que custodien plazas céntricas como si se tratara de una ciudad modelo europea.
Sí, leyó bien: $34.141.900 se van a gastar en dos autitos eléctricos que no alcanzan ni los 65 km/h, con una autonomía de apenas 100 kilómetros. Todo esto bajo el disfraz de una supuesta mejora en la seguridad de Plaza Italia y Plaza Rocha, en el marco de remodelaciones millonarias que nadie pidió, pero todos pagamos.
Los vehículos serán adquiridos mediante la Licitación Privada N° 40, sin mayores detalles sobre las condiciones de compra, proveedores o precios de referencia. Lo que sí se sabe es que cada Tito cuesta más de $17 millones, un número ridículo si se lo compara con autos convencionales o incluso motos policiales de alta gama. Pero el municipio prefiere el show de “lo verde”, del “futuro sustentable”, mientras la inseguridad y la mugre se adueñan de la ciudad.
Según trascendió, el modelo ya se utiliza en Plaza San Martín, donde lo único que se ve es un carrito lento dando vueltas sin rumbo, completamente inútil frente a cualquier situación real de peligro. Ahora, pretenden multiplicar la farsa en otras plazas, con el relato de que eso reemplaza las viejas garitas de la Guardia Urbana de Prevención. Lo que reemplazan, en realidad, es el sentido común.
El kirchnerismo reciclado que gobierna La Plata sigue demostrando que vive en una realidad paralela, lejos de los problemas de los vecinos. Con escuelas en mal estado, calles destruidas, inflación galopante y comercios que cierran cada semana, Julio Alak elige gastar fortunas en dos “Tito” eléctricos, mientras los platenses de a pie viajan colgados en micros rotos o esquivan trapitos en cada esquina.