
El intendente justicialista Julio Alak presume un “superávit” de 71.864 millones de pesos en 2024, pero ¿a costa de qué? La administración de “la carga impositiva más asfixiante de la historia platense” ahogó a comercios y vecinos, y ahora presume de recursos que, lejos de invertirse en lo que realmente importa, se destinan a cubrir con maquillaje mediático el abandono cotidiano de la ciudad.
¿Superávit o pillaje fiscal?
El Municipio informa un saldo positivo que parte de un saldo inicial de 9.306 millones, agrega ingresos por 437.129 millones y descuenta gastos por 374.570 millones. Sin embargo, detrás de esos números relucientes late la imposición de tasas municipales que crecieron por encima de la inflación, golpeando a quienes generan empleo y a los contribuyentes cumplidores. ¿Celebrar que el bolsillo platense quede exhausto? Para Alak, sí.
Obras “de alto impacto”… para la foto
Según la gestión, el excedente se volcó a obras como el Centro de Atención Municipal (CAM) y el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), la puesta en valor de plazas y centros comerciales, un nuevo osario y pavimento en City Bell. Pero basta recorrer la ciudad para ver calles llenas de baches, luminarias que no funcionan y un índice de inseguridad que sube día a día. Los vecinos denuncian que las promesas de “jerarquización” se reducen a un reborde pintado y parches de hormigón que no aguantan la primera lluvia. Mientras tanto, la seguridad brilla por su ausencia: patrulleros parados, demoras en llamados de emergencia y la delincuencia campante.
“Autonomía financiera”… ¿para quién?
El Municipio presume haber mejorado su autonomía: de un 46% de recursos propios en 2023 a un 55% en 2024. Pero esos fondos no llegan a las comisarías, no financian más patrullas y no garantizan calles transitables. Lo que sí financian es la propaganda oficial: vallas gigantes, anuncios en redes y fotos de Alak sonriente en inauguraciones de actos insignificantes. Todo para tapar el abandono real que sufren los platenses.
¿La herencia? Sí, pero…
Alak se jacta de haber saldado la deuda heredada de 20.050 millones de pesos. Olvida decir que priorizó cancelar esa deuda antes que invertir de verdad en seguridad o infraestructura vial durable. El justicialismo, bajo el liderazgo de Axel Kicillof y con el visto bueno de “la condenada”, sigue apostando a la extorsión fiscal y al marketing político.