
La ciudad de La Plata volvió a quedar en el centro de la escena por la creciente ola de inseguridad que castiga a los vecinos. En un solo día, dos familias fueron víctimas de robos planificados con precisión quirúrgica, en hechos que muestran la impunidad con la que se mueve el delito bajo la gestión del kirchnerismo local.
El primer caso ocurrió en el barrio Hipódromo. Un hombre de 63 años, dedicado a la minería de criptomonedas, salió de su vivienda ubicada en calle 34 entre 116 y 117 alrededor de las 15:00. Al regresar por la noche, se encontró con su casa revuelta, la puerta forzada y un panorama devastador. Los delincuentes le robaron una computadora y varias máquinas de alto valor utilizadas para su trabajo, además de 500 dólares y 200.000 pesos en efectivo. La habitación donde estaban los equipos estaba cerrada con llave, lo que evidencia que los ladrones sabían exactamente lo que buscaban. No se trató de un robo improvisado, sino de un golpe ejecutado con total conocimiento del terreno.
Horas más tarde, en Altos de San Lorenzo, otro vecino de 32 años sufrió un robo similar. Mientras participaba de un oficio religioso en una iglesia de Ruta 36 y 60, delincuentes ingresaron a su vivienda precaria ubicada en calle 229 Bis y 65. Al regresar, encontró las paredes de madera destruidas y su interior completamente saqueado. Le robaron una moto Honda Wave y 300.000 pesos, producto de meses de trabajo.
Ambos casos comparten un patrón inquietante: robos sin violencia directa, pero ejecutados con precisión, sin dejar rastros ni margen de reacción. Las investigaciones están en curso, pero la sensación de desprotección se profundiza. El avance del delito, la inacción del gobierno municipal y la falta total de prevención siguen dejando a los platenses a merced del crimen.