El desarrollo de los nuevos monoplazas para la temporada 2026 de la Fórmula 1 —marcada por un reglamento técnico que promete ser el más revolucionario en décadas— entra en su fase decisiva. En este escenario, Alpine confirmó que trabaja a un ritmo “inusualmente acelerado” en su fábrica de Enstone, donde ya se observan avances considerables en el chasis del auto que conducirán Franco Colapinto y Pierre Gasly.
Un proyecto adelantado gracias a una apuesta estratégica
Steve Nielsen, director deportivo de la escudería, reveló que la estructura principal del monoplaza está mucho más avanzada que en años anteriores para esta misma fecha. El equipo tomó la decisión de abandonar de manera anticipada el desarrollo del auto de 2025, concentrando todos sus recursos en el modelo que debutará bajo la nueva normativa.
“Estuve en la fábrica la semana pasada y vi el chasis”, explicó Nielsen a Motorsport durante el Gran Premio de Brasil. “Todo es mucho más temprano porque nuestra primera prueba es en la tercera semana de enero”, añadió, en referencia al primer test colectivo programado entre el 26 y 30 de enero en Barcelona. A diferencia de temporadas recientes, la F1 realizará tres jornadas de pruebas de pretemporada debido al drástico cambio reglamentario.
Un invierno comprimido y trabajo a contrarreloj
El director deportivo reconoció que el calendario representa una presión adicional para el personal. Tras la última carrera del año en Abu Dhabi, el 7 de diciembre, los empleados apenas contarán con unos días para regresar a casa, pasar Navidad y volver de inmediato al trabajo.
“Es bastante presión, no solo para Enstone, sino para toda la Fórmula 1. El invierno es más corto de lo que ha sido en mucho tiempo”, sostuvo Nielsen.
El objetivo interno es ambicioso: tener el auto ensamblado —aunque no finalizado— hacia mediados de diciembre, apenas tres semanas antes del primer test. El crash test obligatorio está previsto para dentro de dos o tres semanas, un hito clave del proceso.
La transición histórica: Alpine deja los motores Renault y será cliente de Mercedes
Desde 2026, Alpine utilizará unidades de potencia Mercedes, dejando atrás los motores Renault que la acompañaron durante casi cinco décadas. La decisión marcó un punto de inflexión para la fábrica de motores en Viry-Châtillon, recientemente afectada por un incidente de seguridad.
Pese a la magnitud del cambio, Nielsen se mostró confiado: “Hemos disfrutado de muchos buenos años con nuestro propio proveedor, pero nada es para siempre en la Fórmula 1. Estamos entusiasmados por este nuevo camino”.
Sobre el rendimiento de Mercedes —rumorosamente por delante en el desarrollo del nuevo reglamento—, fue cauto: “La última vez que hubo un gran cambio, lo hicieron muy bien. Eso no garantiza que ahora vaya a ser igual. Esta vez el salto no es tan grande”.
El nuevo reglamento exigirá baterías más grandes, un reto adicional que afrontan todos los equipos. “Confiamos en haber elegido al proveedor adecuado. Si lo han hecho mejor que los demás, no lo sé. La verdad se verá cuando salgamos a pista”, afirmó Nielsen.
Una integración menos compleja
Otra ventaja para Alpine es que la adaptación física del motor Mercedes no representará un desafío extremo. “Con la normativa actual, los motores no son tan diferentes en tamaño o volumen”, explicó el director deportivo, quien además confirmó que los ingenieros del equipo trabajan con información de Mercedes desde noviembre de 2024.
Apuesta total a 2026
Alpine apostó desde comienzos de año a la temporada 2026, tras enfrentar serios problemas de fiabilidad con el A525. La escudería francesa dejó de desarrollar su monoplaza actual para volcarse por completo en el nuevo proyecto, que también marca el debut completo de Franco Colapinto como piloto titular.
Con un auto adelantado en tiempos récord, un flamante motor Mercedes y un reglamento que promete mezclar el orden competitivo, Alpine se prepara para una temporada que podría redefinir el futuro de la escudería.