En La Plata la rabia desborda. Mientras los vecinos se quejan de la inseguridad insostenible, la ciudad ve cómo Alak gasta $4.599 millones en cambiar las baldosas de la Plaza San Martín. ¡Sí, leíste bien! Dinero que se podría usar en lo urgente para defender la ciudad de la delincuencia, se pierde en un cambio de pavimento en una plaza céntrica.

La situación es sencilla: en algunas zonas de La Plata no hay cámaras de seguridad, la cantidad de patrulleros es mínima y la iluminación en muchos barrios de la periferia es casi inexistente. Todo esto crea el ambiente perfecto para que la delincuencia se sienta con carta blanca. Mientras tanto, en pleno centro, se decide invertir una fortuna en un proyecto que, además de ser de baja prioridad, no cumple con solucionar los problemas reales de la comunidad.
La Plaza San Martín, que una vez fue un lugar de encuentro para vecinos y amigos, hoy es el símbolo de un despilfarro monumental. La inversión fue anunciada como un proyecto de renovación, pero la realidad es otra. Por el momento, no se vislumbran mejoras en la seguridad de la ciudad. Los ciudadanos están cansados de ver cómo se gastan millones en maquillar la ciudad, mientras la inseguridad golpea de lleno en cada esquina.
El intendente Alak gran maquillador, ha demostrado una vez más que sus prioridades están muy lejos de las necesidades reales de La Plata. La falta de criterio y de responsabilidad se nota cuando, en lugar de proteger a los platenses, se invierte en proyectos que no benefician a la mayoría. ¿Qué sentido tiene gastar $4.599 millones en baldosas cuando la gente pide más patrullas, cámaras de seguridad y una mejor iluminación en los barrios?
La indignación crece día a día. Los vecinos piden respuestas y exigen que se invierta el dinero en lo que realmente importa: en la seguridad y en la calidad de vida de todos los platenses. Mientras tanto, la ciudad sigue en la oscuridad, y los despilfarradores parecen haberse olvidado de las necesidades del pueblo.