Con Patricia Bullrich al frente del bloque libertario, Karina Milei y Martín Menem avanzan en una reconfiguración que apunta a recuperar el control político de la Cámara Alta y relegar a la vicepresidenta.
A más de un mes del recambio legislativo, el oficialismo acelera una maniobra para reordenar el Senado y retomar la iniciativa en una cámara que hasta ahora le fue adversa. En ese contexto, la Casa Rosada confirmó que Patricia Bullrich asumirá la jefatura del bloque de La Libertad Avanza, en reemplazo del jujeño Ezequiel Atauche. La decisión fue interpretada como un intento de Javier y Karina Milei por reforzar el liderazgo político en el Congreso y, al mismo tiempo, limitar el margen de acción de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La llegada de Bullrich al Senado despeja una de las incógnitas que sobrevolaban su desembarco en el Parlamento. Si bien inicialmente se barajaba su nombre para ocupar la presidencia provisional —hoy en manos de Bartolomé Abdala—, el Gobierno espera que la exministra adopte un perfil combativo y dispute el espacio político que Villarruel construyó en los primeros meses de gestión. La buena sintonía de Abdala con la vicepresidenta despertó desconfianza en el entorno de Karina Milei, que ahora impulsa a la diputada neuquina Nadia Márquez para ocupar ese lugar.
Si la operación prospera, la secretaria general de la Presidencia y el titular de Diputados, Martín Menem, consolidarán su poder en un terreno hasta ahora hostil para el oficialismo. El Senado fue el escenario donde La Libertad Avanza sufrió sus principales derrotas, producto de la mayoría peronista y del enfrentamiento interno con Villarruel. La disputa por la conducción también involucra al asesor Santiago Caputo, quien intentó posicionarse como enlace con las provincias, aunque su influencia se habría diluido tras el último recambio electoral.
Atauche, que deja la jefatura del bloque, aspira ahora a presidir la estratégica Comisión de Presupuesto, ámbito clave para la aprobación de las reformas económicas. En su despedida, agradeció “el honor de conducir el bloque durante estos dos años” y prometió “trabajar junto a Patricia para alcanzar los acuerdos que el país necesita”. El senador tiene en vista un proyecto provincial: competir por la gobernación de Jujuy en 2027.
Bullrich, el nuevo rostro del Senado libertario
La llegada de Bullrich coincide con una nueva correlación de fuerzas en la Cámara Alta. Desde diciembre, el interbloque peronista Unión por la Patria perderá seis bancas y quedará con 28 miembros, lo que abre margen para eventuales alianzas. El oficialismo, que pasará de cinco a 21 senadores propios, busca capitalizar esa ventaja y proyectar la agenda de reformas que Javier Milei prometió ante inversores en el America Business Forum: “En diciembre tendremos el Congreso más reformista de la historia argentina”, aseguró el mandatario, no sin antes acusar a la oposición de “intentar un golpe económico”.
La respuesta (indirecta) de Villarruel
En paralelo, Victoria Villarruel volvió a utilizar las redes sociales como escenario de su pulseada con la Casa Rosada. “Ustedes creen que se debe ser servil y obsecuente, y yo no lo soy”, respondió a un usuario que le cuestionó su relación con el Presidente. Poco después insistió: “No robo, trabajo con responsabilidad y no he cometido traición alguna. El resto son chismes de panadería”.
La vicepresidenta también deslizó una crítica al armado electoral impulsado por Karina Milei y los Menem: “El chiste se cuenta solo cuando vemos las listas llenas de peronistas”, ironizó ante un seguidor.
El trasfondo de esas declaraciones remite al cierre de la campaña de 2023, cuando Bullrich se quedó con las áreas de Defensa y Justicia que Milei había prometido a la vice, un episodio que marcó el inicio del distanciamiento.
El jueves, durante una reunión con senadores libertarios, Bullrich recomendó “no confrontar con el kirchnerismo ni con Villarruel”. Quienes la conocen aseguran que prefiere reservarse el protagonismo para sí misma.
Por ahora, la interna oficialista sigue abierta y el Senado se perfila como el escenario donde se librará la próxima batalla por el poder dentro del mileísmo.