El pilarense se ganó su lugar tras una sólida temporada de debut, marcada por constancia, velocidad y carácter. “La historia no la escriben los cobardes”, dijo tras uno de los momentos más intensos del año.
El sueño se hizo realidad. Franco Colapinto fue confirmado oficialmente por Alpine como piloto titular para la temporada 2026 de la Fórmula 1, y la noticia encendió la euforia entre los fanáticos argentinos del automovilismo. A partir del próximo año, el pilarense volverá a ocupar uno de los 22 asientos más codiciados del planeta, consolidando así su lugar en la élite del deporte motor.
El 2025 fue un año vertiginoso para Colapinto. Su desembarco en la escudería anglofrancesa se dio en mayo, durante el Gran Premio de Emilia-Romagna, luego de un inicio de temporada complicado para el australiano Jack Doohan. Aunque en principio su presencia estaba pensada para un puñado de carreras, el rendimiento y la madurez del argentino convencieron rápidamente a la cúpula del equipo, que decidió extender su participación sin fecha límite.
Un año de crecimiento y resistencia
Desde aquel debut en Imola, Colapinto demostró que estaba preparado para el desafío. El propio Flavio Briatore, director ejecutivo de Alpine, había sido claro en su pedido: “Tiene que ir rápido, no chocar y sumar puntos. Si hace esas tres cosas, pilotará para siempre”. Y aunque el A525 se reveló como uno de los monoplazas más problemáticos del 2025 —incluso Fernando Alonso lo calificó como “uno de los peores autos del año”—, el argentino cumplió con creces la mayoría de esos mandamientos.
No registró abandonos por error propio y solo quedó fuera de una largada —en Silverstone— por una falla de transmisión. Además, terminó por delante de su compañero Pierre Gasly en siete de las quince competencias que disputó, incluidas las carreras sprint. En Zandvoort, estuvo a cuatro décimas de sumar su primer punto en la categoría, pero una mala gestión del equipo —que demoró en ordenar el adelantamiento de Gasly— lo dejó en el undécimo puesto.
Carácter y velocidad, las señales que convencieron a Alpine
A mediados de año, Briatore agitó las aguas al declarar que “no estaba del todo feliz” con la performance del argentino. Sin embargo, Colapinto respondió en la pista, brillando en el Gran Premio de Países Bajos y mostrando una evolución constante en las fechas siguientes. En Austin protagonizó uno de los momentos más recordados de la temporada: desobedeció una orden de equipo que le impedía adelantar a Gasly y, aunque luego ofreció disculpas, dejó una frase que se volvió bandera entre sus seguidores: “La historia no la escriben los cobardes”.
Esa mezcla de velocidad, inteligencia y determinación terminó por inclinar la balanza a su favor. Desde entonces, Alpine valoró no solo su rendimiento en carrera, sino también su aporte técnico en el desarrollo del auto 2026. “Su capacidad de adaptación y su ética de trabajo fueron impresionantes”, señaló una fuente del equipo.
El futuro ya llegó
Con el anuncio oficial, Colapinto se asegura continuidad en la categoría más exigente del automovilismo mundial. El argentino iniciará en marzo su segunda temporada completa en la Fórmula 1, decidido a seguir escalando posiciones y consolidarse como una de las jóvenes promesas del nuevo ciclo de Alpine.
Para los fanáticos, la confirmación tiene un sabor especial: por primera vez en más de una década, la bandera argentina volverá a flamear de manera sostenida en la grilla de la Fórmula 1.
El 2026 ya se asoma, y con él, una certeza: Franco Colapinto seguirá escribiendo su historia en la Máxima.