
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, vuelve a mostrar cuál es su verdadera prioridad: no es la seguridad, no es la educación, ni tampoco la salud. Es el contrabando. En una insólita decisión, el mandatario kirchnerista anunció que trabajará “junto al Gobierno nacional, el municipio de Lomas de Zamora y la fiscal Cecilia Incardona” para reabrir las ferias de La Salada, un mercado históricamente vinculado al comercio ilegal, la evasión fiscal y las mafias del conurbano.
En lugar de combatir la economía informal y proteger al comercio legal que paga impuestos, Kicillof decidió poner el aparato del Estado bonaerense al servicio de la irregularidad. Con un tono de falsa preocupación social, afirmó que busca “regularizar” a los trabajadores. La realidad es que está blanqueando el contrabando y garantizando impunidad para quienes se enriquecen al margen de la ley.
Según el propio Kicillof, en la reunión participaron el ministro de Seguridad Javier Alonso, el subsecretario de Comercio Ariel Aguilar, el asesor general de Gobierno Santiago Pérez Teruel, y hasta funcionarios de ARBA y del Banco Provincia. Es decir, una verdadera procesión de funcionarios cobrando sueldos del Estado para garantizar la continuidad de un polo de ilegalidad. En vez de cerrar estos focos de delito, los están normalizando con recursos públicos.
¿Dónde está la justicia para los comerciantes que cumplen con todas las reglas? ¿Quién va a devolverle al pueblo trabajador los millones que se pierden en evasión impositiva por culpa de estos mercados paralelos?
Mientras el pueblo sufre las consecuencias de años de desidia kirchnerista, Kicillof se dedica a blanquear ferias ilegales y proteger punteros. El mismo gobernador que no pudo garantizar seguridad en la Provincia ahora se alía con el poder judicial cómplice para dar vía libre a La Salada. El mismo que vacía las escuelas, hospitales y comisarías, hoy malgasta el dinero de los contribuyentes en legalizar la ilegalidad.
La Provincia no necesita más ferias clandestinas disfrazadas de justicia social. Necesita orden, legalidad y gobernantes que trabajen para los bonaerenses honestos, no para las mafias.