
La Universidad de Buenos Aires (UBA), históricamente considerada el orgullo de la educación pública argentina, acaba de sufrir un golpe durísimo: cayó 19 puestos en el ranking mundial de universidades elaborado por el Center for World University Rankings (CWUR). La razón de este desplome es tan clara como preocupante: la politización extrema del ámbito académico, el adoctrinamiento ideológico y los paros docentes que interrumpen el dictado de clases una y otra vez.
Mientras en las mejores universidades del mundo se discute sobre innovación, ciencia y tecnología, en la UBA se gastan recursos en campañas políticas de fracasados como Lula Levy —la candidata mimada del aparato universitario radical— que ni siquiera logró entrar en la Legislatura. Así, se confirma que muchos sectores de la universidad han dejado de formar profesionales para convertirse en plataformas militantes al servicio de la izquierda.
Según el CWUR, el deterioro de la UBA es “abrupto”, y lo mismo ocurrió con otras universidades públicas del país. La Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la de Rosario (UNR), la del Litoral (UNL), la de Cuyo (UNCUYO) y la de Mar del Plata también cayeron en el ranking. Todas tienen en común la misma enfermedad: sindicalismo salvaje, tomas ilegales, adoctrinamiento político y falta total de compromiso con la excelencia académica.
Hace apenas unos meses, militantes de izquierda tomaron facultades enteras de la UBA durante semanas enteras para protestar contra el Gobierno de Javier Milei, arruinando cuatrimestres completos y perjudicando a miles de estudiantes que solo quieren estudiar y progresar.
Cuando la universidad deja de ser un centro de conocimiento y se convierte en un comité político de La Cámpora, los resultados están a la vista: caída libre en los rankings internacionales, desprestigio y frustración estudiantil.
Mientras Harvard, el MIT, Stanford, Cambridge y Oxford dominan el podio mundial, en la Argentina los “profesores militantes” están más ocupados organizando marchas y paros que en enseñar.