
Mientras miles de bonaerenses sufren las consecuencias de una crisis de inseguridad sin freno y barrios enteros de la Provincia continúan anegados por las lluvias, el gobernador Axel Kicillof decidió gastar la escandalosa suma de $305.116.822,50 en copas menstruales. La cifra fue publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires.

Mientras los hospitales colapsan, las calles se llenan de barro y el conurbano está tomado por el delito, Kicillof prioriza militancia de género con fondos públicos. Una muestra de la desconexión total que tiene de las verdaderas necesidades de los bonaerenses.
Lo más indignante es que la medida fue anunciada en plena emergencia climática: el mismo día en que decenas de familias perdían todo en La Matanza, Lomas de Zamora y otros distritos del conurbano, el gobernador autorizaba esta compra millonaria. Ni alimentos, ni colchones, ni recursos para Defensa Civil. No. Copas menstruales.
Como si eso fuera poco, la ola de inseguridad no da tregua: en La Plata la inseguridad no da tregua, en Quilmes otra familia fue víctima de una entradera y la policía parece estar más preocupada por operativos de control político que por cuidar a los vecinos. Pero el gobierno provincial sigue de espaldas a la realidad.
La compra de las copas menstruales fue celebrada por sectores del kirchnerismo como una “política de salud pública con perspectiva de género”. Lo que no dicen es que en una provincia con más del 40% de pobreza, sin agua potable en muchas zonas, sin cloacas ni asfalto, el oficialismo decide invertir más de 300 millones de pesos en una causa ideológica que no resuelve ninguno de los problemas reales de los bonaerenses.
Axel Kicillof parece más comprometido con sostener los caprichos de las militantes feministas de su espacio que con resolver los dramas concretos de millones de personas que viven con miedo, frío y barro. Una vez más, el gobernador demuestra que su prioridad no es la gente, sino la agenda ideológica del kirchnerismo más rancio y desconectado de la realidad.
El gobierno de la desidia y el despilfarro sigue avanzando. La Provincia se hunde… y ellos compran copas.