
En una muestra más del desprecio kirchnerista por la democracia y la alternancia republicana, Carlos Bianco, mano derecha de Axel Kicillof y actual ministro de Gobierno bonaerense, defendió públicamente la reelección indefinida de intendentes, legisladores y concejales, una práctica que huele más a feudalismo que a república.
“Limitar mandatos es proscriptivo”, soltó sin pudor Bianco en una entrevista radial, demostrando que para el kirchnerismo, la voluntad del pueblo solo sirve cuando garantiza la perpetuidad en el poder de sus caudillos. El funcionario kicillofista salió a justificar el intento de atropellar la ley que impide que los intendentes se eternicen en sus cargos, una norma que fue sancionada en 2016 durante la gestión de María Eugenia Vidal, precisamente para frenar el enquistamiento de poder que el peronismo lleva décadas cultivando en los municipios.
Mientras tanto, en la Legislatura bonaerense el plan de reelección indefinida cruje por dentro: el camporismo y el kicillofismo ni siquiera se ponen de acuerdo. El sector que responde a Máximo Kirchner busca avanzar sólo con la reelección de legisladores y concejales, mientras que el ala más dura del gobernador quiere ir por todo y devolverle el trono a los intendentes barones del conurbano, muchos de los cuales ya llevan décadas manejando los municipios como si fueran su estancia personal.
Bianco, con tono de pseudoacadémico, intentó disfrazar el intento autoritario de “estabilidad política”. Dijo que las sociedades más exitosas son las que gozan de continuidad política. Claro, el modelo que defienden es el del caudillo eterno, el del intendente que controla la caja, el empleo, el consejo deliberante y hasta el club de barrio. Nada más lejos de una democracia real.
Además, minimizó las críticas con una liviandad alarmante. “Si el pueblo elige un gobernante cuatro veces, lo eligió el pueblo”, afirmó, como si en el conurbano las elecciones se desarrollaran en condiciones de competencia justa y sin clientelismo. Olvida Bianco que la alternancia es un principio fundamental de cualquier república seria. Lo que propone es puro populismo autoritario, disfrazado de voluntad popular.
En la provincia de Buenos Aires, 52 intendentes peronistas quedarían fuera de juego en 2027 si la ley no se cambia. Por eso el kirchnerismo está desesperado. No quieren dejar el poder. No quieren competir. Quieren aferrarse al sillón a cualquier precio. Eso no es democracia: es un régimen feudal.
Mientras la inflación devora los sueldos, la inseguridad avanza y la educación pública se derrumba, Kicillof y sus aliados están preocupados por una sola cosa: blindar su poder. El pueblo bonaerense merece gobernantes que respeten la ley, no burócratas que buscan perpetuarse como si fueran reyes.
La reelección indefinida no es una demanda de la ciudadanía. Es una obsesión de la casta. Y Bianco acaba de blanquearlo.