La inseguridad en La Plata ya es insoportable y parece no tener freno. Esta vez, la brutalidad se desató en un supermercado de Melchor Romero, donde tres delincuentes irrumpieron a plena luz del día, atacaron con un palo al comerciante y le volaron varios dientes a golpes, para luego llevarse la caja registradora con unos 200 mil pesos. Todo duró apenas minutos, pero pudo haber terminado en una tragedia.
El ataque, de una violencia escalofriante, ocurrió en el supermercado “Min Ka”, ubicado en la esquina de 155 y 524, cuando los tres ladrones ingresaron sin cubrirse el rostro, como si ya supieran que en esta provincia no hay consecuencias reales para los que delinquen. Sin armas de fuego, pero con una ferocidad aterradora, uno de ellos le dio un palazo en la cabeza al comerciante de 42 años, que cayó al suelo ensangrentado, mientras los otros dos se encargaban de saquear el local.
El golpe fue tan fuerte que el hombre terminó con heridas graves y la pérdida de varias piezas dentales. La secuencia fue registrada por las cámaras de seguridad del lugar y se viralizó rápidamente, generando indignación en redes sociales. La imagen del comerciante con el rostro ensangrentado y los dientes en el suelo es el fiel reflejo de una provincia donde el ciudadano de bien está completamente desprotegido.
Gracias a las imágenes, la Policía logró identificar a los tres delincuentes y los detuvo tras una serie de allanamientos. Sin embargo, la pregunta de fondo sigue sin respuesta: ¿cuánto tiempo estarán presos? ¿Volverán a la calle en unos días gracias a la puerta giratoria del sistema judicial?
Mientras Axel Kicillof y Julio Alak siguen más preocupados por garantizar impunidad a los suyos y militar el garantismo para los delincuentes, los platenses se siguen desangrando bajo la indiferencia del poder político. Esta vez fue un comerciante chino. Mañana puede ser cualquiera.
En La Plata no se puede trabajar, no se puede vivir, y menos aún confiar en un Estado que hace rato dejó de proteger a los que se levantan todos los días a laburar.