
Otra noche marcada por la violencia en La Plata, otra víctima de la inseguridad que campea impune bajo el desgobierno de Axel Kicillof y la complicidad silenciosa de Julio Alak. Esta vez, el escenario fue Tolosa, donde una mujer fue salvajemente apuñalada durante un intento de robo cuando volvía a su casa en bicicleta. Los atacantes escaparon sin dejar rastros, y como siempre, no hay ni un solo detenido.
El violento episodio ocurrió el lunes alrededor de las 22 horas, en la esquina de 119 y 529. La víctima, una mujer de 34 años, de nacionalidad peruana, vecina del barrio y trabajadora comerciante, regresaba a su domicilio cuando fue interceptada por al menos dos delincuentes que intentaron asaltarla. Ante su resistencia, la atacaron sin piedad y la hirieron con un arma blanca en la zona abdominal.
Un taxista que presenció la brutal escena fue quien dio aviso a la policía, al ver cómo la mujer quedaba tirada en la vereda, malherida. Los agentes llegaron minutos después y la encontraron consciente, junto a su bicicleta –una Mountain Bike blanca–, completamente conmocionada por lo ocurrido. Según alcanzó a relatar, los delincuentes escaparon inmediatamente tras herirla, sin llevarse nada.
Su pareja, que vive a una cuadra del lugar, llegó en auto al enterarse del ataque y la trasladó de urgencia al Hospital Gutiérrez. Al cierre de esta nota, el estado de salud de la víctima no fue oficialmente informado, aunque fuentes cercanas al caso indicaron que la situación es delicada.
Como era de esperarse, no hay detenidos ni pistas firmes. La policía aseguró estar revisando las cámaras de seguridad de la zona, pero la historia ya es conocida: en la mayoría de los casos, las grabaciones no conducen a nada y los responsables quedan libres, listos para volver a atacar.
Tolosa, al igual que el resto de La Plata, se ha convertido en tierra liberada. Vecinos de bien viven con miedo, mientras el kirchnerismo sigue más ocupado en hacer caja y sostener punteros que en garantizar la seguridad básica. El silencio de Julio Alak ante estos hechos es tan ensordecedor como su inacción.