
Tolosa vive horas de desesperación. Una verdadera invasión de ratas mantiene en vilo a los vecinos de esta histórica localidad platense, mientras el intendente kirchnerista Julio Alak y su delegada Gladys Peluso parecen haber desaparecido del mapa.
Las imágenes son dignas de una película de terror: roedores corriendo por las veredas, trepando árboles, invadiendo casas y multiplicándose a pasos acelerados en plena vía pública. La situación, según denuncian los propios vecinos organizados en la Asamblea Vecinal, ya se tornó insostenible y representa un riesgo sanitario gravísimo.
“El barrio está tomado por las ratas. Entramos a nuestras casas y las encontramos en los baños, en las cocinas, en los patios. Y desde la Municipalidad nadie aparece”, relatan con impotencia los frentistas, que apuntan contra la falta de recolección de residuos y el estado calamitoso de los contenedores desbordados.
Pero el foco más escandaloso está en el tristemente célebre “Cementerio de Patrulleros”, un predio de diez hectáreas en 2 y 528 donde se amontonan más de 4.000 móviles policiales oxidados y abandonados por el Ministerio de Seguridad bonaerense. Allí, según los vecinos, las ratas encuentran el caldo de cultivo perfecto para reproducirse sin control.
“Es una incubadora de peste. Hay dengue, hay ratas, y puede aparecer cualquier enfermedad”, denuncian. No es para menos: enfermedades como la leptospirosis, el hantavirus y la salmonelosis están a la orden del día con este nivel de abandono estatal.
La zona más afectada va de calle 122 a 1 y de 532 a 520, pero la plaga ya avanza peligrosamente hacia el resto de La Plata. Mientras tanto Alak no da respuestas. Solo el silencio y la indiferencia del poder ante una emergencia que ya está fuera de control.
Los vecinos exigen desratización urgente, distribución de cebos y una limpieza profunda de la zona. Pero, como suele ocurrir en la gestión kirchnerista, las promesas sobran y las soluciones nunca llegan.