
El desastre educativo que dejó el kirchnerismo sigue mostrando sus consecuencias. Una nueva edición de la Prueba Aprender volvió a exponer el brutal deterioro del sistema educativo argentino: uno de cada tres chicos no alcanza el nivel mínimo en comprensión lectora. El dato surge del operativo nacional realizado en noviembre de 2024, que evaluó a más de 91 mil alumnos de tercer grado en escuelas primarias de todo el país. Los resultados son demoledores.
Según el informe, apenas el 45% de los chicos entiende lo que lee al nivel esperado para su edad. Un 24,5% “está en proceso” de alcanzar ese nivel, mientras que un alarmante 30,5% directamente no comprende lo que lee. Esto significa que casi un tercio de los niños argentinos no puede leer y entender un texto básico. Un verdadero crimen contra el futuro del país.
Como era de esperarse, el drama se agrava en los sectores más humildes, donde más del 60% de los chicos no logra llegar al nivel básico. Esta tragedia educativa tiene nombre y apellido: años de gestión kirchnerista, con Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires y ministros adoctrinadores que priorizaron el relato antes que la lectura y la comprensión. Mientras se multiplicaban los sindicatos militantes, las aulas se vaciaban de conocimiento.
Ante este panorama alarmante, más de 100 organizaciones lanzaron la campaña #NoEntiendenLoQueLeen, para visibilizar una crisis que el kirchnerismo ocultó durante años con estadísticas truchas y relato barato. Invitan a la ciudadanía a sumarse con fotos leyendo y a exigir que la alfabetización vuelva a ser prioridad, no el adoctrinamiento partidario.
Algunas provincias, como Mendoza, gobernadas por administraciones alejadas del populismo, ya pusieron en marcha planes de alfabetización con resultados positivos. Pero los especialistas advierten que el daño es nacional y profundo, y que se necesita una política educativa seria, federal y desideologizada para revertir el desastre.
“Sin leer, no hay futuro”, reza la campaña. Y sin educación, el país seguirá pagando el precio de haber confiado su sistema educativo al kirchnerismo.