
Con el impulso firme del gobierno de Javier Milei, el Congreso dio un paso fundamental para frenar la impunidad de los delincuentes menores: este martes se aprobó el dictamen que baja la edad de imputabilidad de 16 a 14 años. La medida, que representa un histórico avance en materia de seguridad, contó con el respaldo de 77 diputados de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR, la Coalición Cívica, Innovación Federal y Encuentro Federal.
La iniciativa, largamente esperada por millones de argentinos hartos de ver cómo los menores cometen crímenes violentos y salen impunes, apunta directamente a los delitos más graves: homicidios, violaciones, secuestros y robos a mano armada. Se acabó el jueguito del “son menores, no sabían lo que hacían”.
Mientras tanto, como era de esperarse, el kirchnerismo y la izquierda salieron en defensa de los victimarios. Unión por la Patria y el Frente de Izquierda votaron en contra del dictamen, preocupados por el “impacto social” y mostrando, una vez más, su connivencia con los delincuentes y su desprecio por las víctimas.
El diputado José Luis Espert, uno de los principales impulsores del proyecto, celebró en sus redes sociales: “Delito de adulto, pena de adulto. Dimos un gran paso y tenemos dictamen de mayoría para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años”. Clarito y al hueso, como reclama la sociedad.
El proyecto ahora deberá pasar al recinto para su aprobación definitiva. Si se aprueba, será un giro histórico en la lucha contra la inseguridad, después de años en los que el kirchnerismo y los progresistas prefirieron mirar para otro lado mientras la delincuencia juvenil crecía sin control.
Una cosa está clara: con Milei en el poder, la Argentina empieza a recuperar el orden perdido.