
La inseguridad en Gonnet se volvió insostenible: un nuevo robo sacude a los comerciantes y vecinos del barrio. Esta vez, la víctima fue el dueño de la carnicería “Aquí carnes”, ubicada en 14 y 502, a tan solo una cuadra de la Comisaría 13°. A pesar de la cercanía con la dependencia policial, los delincuentes actuaron con total impunidad, forzaron una abertura y escaparon con dinero en efectivo y un celular.
Pero eso no fue lo más grave. Según denunció el carnicero, un patrullero pasó justo en el momento en que los ladrones caminaban hacia el comercio, ¡y no los detuvo! “Lo peor es eso. El patrullero pasó de frente, los vio, y no hizo nada”, declaró con indignación.
El hecho se suma a una ola de robos que azota la zona, con al menos cuatro asaltos en apenas diez días, todos a metros de la misma comisaría. “La semana pasada robaron dos locales con menores actuando como pirañas, y en Semana Santa asaltaron la tienda de empanadas a media cuadra”, agregó el comerciante.
Vecinos y frentistas ya no saben a quién acudir. Denuncian que la presencia policial es nula y que el destacamento no da respuestas. “Nos están dejando solos. No patrullan, no responden, no les importa”, se quejan.
Mientras el ministro liberticida de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, sigue escondido detrás de los escritorios y el kirchnerismo platense hace campaña con discursos vacíos, los vecinos de Gonnet están a merced del delito. La Policía brilla por su ausencia y los ladrones actúan como si nada.
La situación en Gonnet refleja el desastre en materia de seguridad que reina en toda la Provincia bajo la gestión de Axel Kicillof y su intendente aliado en La Plata, Julio Alak, quien parece más preocupado por pintar cordones que por proteger a los vecinos.
La Provincia necesita orden, patrulleros que actúen, y funcionarios que enfrenten al delito. Mientras tanto, en Gonnet, reina el abandono.