
Manuel Adorni, el mejor vocero presidencial que ha tenido la República Argentina y ahora candidato a legislador por la Ciudad de Buenos Aires, fue el gran protagonista del primer debate porteño rumbo a las elecciones del 18 de mayo. Con un discurso filoso, cargado de datos duros y sin concesiones al relato progre, Adorni dejó en claro que La Libertad Avanza es la única fuerza real que puede terminar con el kirchnerismo de una vez por todas.
“El único modelo que está probado que puede frenar al kirchnerismo somos nosotros”, sentenció Adorni, mirando a cámara y marcando la cancha tanto a los candidatos K como a los tibios del PRO. Desde el Canal de la Ciudad, Adorni puso en jaque al statu quo político de la Capital y prometió llevar el modelo Milei a fondo, también en territorio porteño.
“Se terminó el curro. Terminamos con el déficit fiscal después de 123 años, estamos bajando la inflación a fuerza de motosierra y licuadora, terminamos con los piquetes y vamos a terminar también con los gastos inútiles como este mismo canal, que cuesta $4.500 millones al año y nadie ve”, lanzó, en una clara crítica a la gestión de Jorge Macri.
Adorni no se guardó nada: cuestionó el agrandamiento del Estado, la suba de impuestos y la multiplicación de cargos políticos. “La Ciudad se estancó. Se llenaron de ñoquis y gastan como si los porteños fueran cajero automático. Eso se terminó”, advirtió.
Las propuestas de Adorni son claras: menos Estado, menos gasto político, más libertad para producir y trabajar. Y sobre todo, un muro de contención definitivo contra el kirchnerismo, ese monstruo que destruyó la Nación y ahora quiere ir por la Ciudad.
“Nos odian porque no pueden controlarnos. Cuanto mejor le va a la Argentina, peor le va al kirchnerismo. Y por eso hacen todo para que fracasemos”, denunció en su cierre.
Adorni no solo defendió la gestión Milei: la encarnó. Y dejó un mensaje directo para los votantes: “La disyuntiva es simple: kirchnerismo o libertad. No hay más tiempo para medias tintas”.
El 18 de mayo, los porteños tienen una oportunidad histórica: blindar la Ciudad y decirle nunca más al modelo que hundió al país.