
El gobierno de Axel Kicillof parece haber encontrado otra forma de “solucionar” los problemas de inseguridad en la Provincia de Buenos Aires, pero como siempre, con medidas que no van al fondo del problema. Ahora, el gobierno provincial está evaluando restringir el uso de motocicletas con acompañantes en ciertas zonas y horarios, un intento más de frenar los delitos cometidos por motochorros. Pero como ya nos tiene acostumbrados Kicillof, esta nueva iniciativa es solo un parche más, una solución “a la mendiga”, que no ataca el verdadero problema.
Según el ministro de Seguridad provincial, Javier Alonso, la medida será evaluada por los municipios y solo se aplicará si lo piden los intendentes. Es decir, estamos ante una suerte de “decisión a medias”, que no se toma de forma firme ni centralizada. Esto demuestra, una vez más, que Kicillof y su equipo solo quieren dar la apariencia de que están haciendo algo sin tomar decisiones contundentes. Y peor aún, esta nueva medida se basa en una ley de 2009 conocida como “Antimotochorros”, que nunca solucionó nada en su momento y que ahora vuelve a resurgir en un contexto aún más crítico.
El verdadero problema no son las motos ni los acompañantes. El crimen en la Provincia se desborda porque el gobierno no tiene un plan real para frenar la ola de inseguridad que afecta a millones de bonaerenses. ¿De qué sirve prohibir las motos con acompañantes si no hay un trabajo serio para atacar las mafias, las bandas organizadas y la falta de control sobre las fuerzas de seguridad? Estamos hablando de un gobierno que prefiere “atarlo con alambre” a tomar medidas efectivas que combatan el crimen de raíz.
Y no nos engañemos, la medida afectará principalmente a los vecinos de barrios con altos índices de inseguridad, pero no hará nada para frenar la violencia de los motochorros. Esta es una medida improvisada que solo busca dar la sensación de que están “haciendo algo”, pero está lejos de ser una solución real. Kicillof y su gobierno siguen sin dar respuestas claras y efectivas a los bonaerenses, mientras la inseguridad avanza sin freno.
El gobierno de Kicillof sigue aplicando soluciones superficiales. Necesitamos políticas de seguridad serias, no más medidas vacías que solo demuestran su incapacidad para frenar la delincuencia.