
La desidia del municipio vuelve a quedar al desnudo. Esta vez, en pleno Parque Castelli, donde apareció un verdadero cráter en el asfalto que pone en peligro a vecinos, peatones y automovilistas. La postal del abandono se dio en la intersección de las calles 25 y 65, donde literalmente se abrió la tierra: un hueco de dos metros de largo por uno de ancho que podría haber terminado en una tragedia.
Las imágenes del pozo son impactantes. El pavimento cedió por completo, generando una grieta profunda en plena calle, por donde diariamente circulan autos, colectivos y cientos de personas. La preocupación de los vecinos no tardó en hacerse sentir, ya que no se trata de un simple bache: es un verdadero peligro urbano, que refleja el nivel de deterioro y abandono que sufre la ciudad bajo la gestión de Julio Alak.
Mientras esto ocurre, el intendente kirchnerista sigue enfocado en su campaña estética de maquillaje urbano, invirtiendo millones de pesos en plazas “decoradas” con juegos nuevos, luces LED y senderos de colores, pero sin resolver los verdaderos problemas estructurales que afectan a los platenses.
Vecinos de la zona denunciaron que nadie del municipio se acercó a señalizar el pozo en las primeras horas, y que cualquier accidente hubiese sido responsabilidad directa del intendente y su gabinete. “Nos llenan de cartelitos y luces en las plazas, pero en los barrios estamos cada vez peor. Ya ni el asfalto es seguro”, disparó una vecina indignada.
Este nuevo episodio de abandono urbano se suma a una larga lista de reclamos: calles destruidas, cloacas colapsadas, luminarias rotas y zonas liberadas. Mientras tanto, Alak continúa destinando recursos a obras superficiales, buscando lavarse la cara frente a la opinión pública, pero dejando a la ciudad cada vez más deteriorada.
¿Hasta cuándo los platenses van a tener que vivir esquivando baches gigantes mientras se despilfarran fondos en maquillaje político? ¿Cuántos accidentes más tienen que pasar para que se priorice la seguridad real de los ciudadanos?
El cráter de Parque Castelli es solo una muestra más del verdadero estado de La Plata: una ciudad abandonada por un intendente más preocupado por la foto que por la gestión.