
En una noche que parecía sacada de una película de terror, una familia de Villa Elisa vivió momentos de horror absoluto cuando al menos cuatro delincuentes, armados y sin piedad, irrumpieron en su hogar. Según informaron fuentes policiales, el violento robo se produjo en la madrugada en una zona que ya es sinónimo de creciente inseguridad en La Plata, dejando a la comunidad en un estado de alarma y desconcierto.
El crimen, ocurrido en la intersección de las calles 429 y 132, se dio cuando la pareja y sus dos hijos fueron sorprendidos en su propia casa. Los agresores, que violaron las rejas del patio trasero con una audacia escalofriante, no mostraron ninguna compasión mientras amedrentaban a los moradores. Con gestos y amenazas que dejaron a la familia paralizada por el miedo, los delincuentes registraron cada rincón del hogar, exigiendo sumisión total.
Los ladrones, presuntamente armados, se movieron como sombras en la oscuridad, volteando cajones, placards y muebles en una búsqueda frenética de objetos de valor. La escena, de una violencia inusitada, se limitó a dos celulares y una gran cantidad de dinero en efectivo, evidenciando que la codicia era la verdadera motivación detrás del asalto. Al percatarse de la presencia de las víctimas, los agresores huyeron dejando tras de sí un rastro de caos y terror.
El operativo policial no tardó en movilizarse. El llamado al 911 fue la única esperanza en medio de tanta desesperación, y el Comando de Patrullas de Base Norte acudió al lugar para constatar los hechos y comenzar las investigaciones. Las autoridades, entre ellas la Comisaría Decimosegunda de Villa Elisa y la UFI N° 9, han iniciado un minucioso análisis de las cámaras de seguridad del barrio, en la urgente búsqueda de identificar a estos criminales que siembran el pánico en cada rincón de la ciudad.
Este impactante suceso se suma a una alarmante serie de hechos delictivos que han convertido a La Plata en el epicentro de una crisis de inseguridad sin precedentes. Los vecinos, asfixiados por el miedo y la incertidumbre, exigen respuestas y acciones contundentes ante lo que ya se percibe como una ola imparable de violencia.
La comunidad pide intervención inmediata para restaurar la paz y la seguridad en sus barrios, mientras los investigadores trabajan contrarreloj para dar con la identidad de los responsables de este acto bárbaro. ¿Hasta cuándo seguirá La Plata siendo presa del miedo? La respuesta parece esquiva, pero la indignación y el clamor popular no se harán esperar.